Por el P. Francesco Motto
El BS está difundido por todo el mundo en decenas de lenguas diferentes. Ciertamente, ha cambiado muchas veces de rostro, pero siempre en sintonía con el BS del fundador: "la mirada salesiana (educativa) sobre el mundo y la mirada salesiana sobre el mundo", como le gustaba repetir al fallecido Rector Mayor, padre Juan Edmundo Vecchi.
Don Bosco no tardó en darse cuenta de la importancia de la comunicación y de los correspondientes instrumentos de comunicación social, aunque entonces solo existiera la prensa. Apenas terminados los estudios (1844) imprimió Cenni storici sulla vita del chierico Luigi Comollo. Al año siguiente, mientras estaba al servicio de la marquesa Barolo, publicó un opúsculo titulado Il divoto dell'Angelo Custode y la voluminosa Storia Ecclesiastica. En 1846 publicó otros tres pequeños libros de devoción. En 1847, fue el turno de la Storia sacra per uso delle scuole (Historia sagrada para uso de las escuelas) y de Il Giovane provveduto, este último un texto con más de cien ediciones impresas en vida del autor.
Con la promulgación de la libertad de prensa en 1848, Don Bosco se preocupó por los jóvenes y rápidamente creó para ellos el periódico trisemanal L'Amico della Gioventù. Pronto tuvo que cerrar la experiencia, pero no se desanimó.
En 1851 publicó un opúsculo, La chiesa cattolica-apostolica-romana (La Iglesia católica-apostólica-romana), y dada la acogida tan favorable, puso en marcha su iniciativa editorial de más éxito: Letture Cattoliche (Lecturas católicas), que alcanzaría los diez millones de ejemplares en el momento de su muerte (¡en una Italia de treinta millones de semianalfabetos!). A la docena de fascículos que llevaban su nombre, añadió en 1855 la exitosa Storia d'Italia raccontata alla gioventù (Historia de Italia contada a la juventud), con veinte ediciones en vida. En el quinquenio 1856-1860 fue el turno de otros veinte títulos. Por su cuenta, en 1856 comercializó La chiave del Paradiso in mano al cattolico (La llave del Paraíso en manos del católico), un auténtico bestseller, con 800 mil ejemplares con cuarenta y cuatro ediciones que vivió.
En diciembre de 1861, Don Bosco obtuvo permiso para abrir su propia imprenta. Inmediatamente, se involucró en el ámbito escolástico en vista de los nuevos programas creados tras la unificación de Italia: publicó cuatro series de autores selectos latinos, griegos y cristianos, así como la Biblioteca de la Juventud Italiana. También publicó cuatro diccionarios de italiano, latín y griego, así como gramáticas, textos escolares y subsidios. En 1876, Don Bosco fundó una "sucursal" en Génova-Sampierdarena y en agosto de 1877 puso por fin en marcha el Boletín Salesiano o Bibliófilo Católico (o BS mensual) durante los primeros cuatro meses.
La idea de proceder en 1877 a la publicación de un boletín informativo para todos aquellos que se interesaban de diversas maneras por la Obra Salesiana pudo haber sido sugerida a Don Bosco por la presencia en el mercado de publicaciones similares de otras órdenes religiosas. Si estas publicaciones se enviaban a los Terciarios, miembros y amigos de cada una de las Familias religiosas, Don Bosco bien podía hacer lo mismo con sus Cooperadores que en aquellos mismos años se estaban constituyendo formalmente como asociación.
En su Reglamento prescribía: "Cada mes, un boletín [o] folleto impreso dará cuenta a los miembros de las cosas propuestas, hechas o por hacer". El texto se modificó posteriormente para que dijera: "Cada tres meses y con mayor frecuencia mediante un boletín o folleto impreso (...)". En realidad fue inmediatamente mensual.
En febrero de 1877 Don Bosco comunicó a sus colaboradores la decisión de imprimir un Boletín periódico 'como el periódico de la Congregación, porque hay muchas cosas que comunicar a dichos Cooperadores'. En el verano discutió con el padre Barberis los problemas concretos del proyecto y a la objeción sobre la responsabilidad que resultaría de enviarlo gratis, señaló que los lectores, sabiendo que era gratis, darían más de la eventual suma solicitada, sin contar las ofrendas posteriores.
En septiembre-diciembre de 1877, la BS comenzó con el nombre de Bibliofilo cattolico o Bollettino Salesiano mensuale. El Bibliofilo cattolico era un catálogo cuyo objetivo era dar a conocer las ediciones salesianas y otras publicaciones útiles a la juventud y al clero. En agosto de 1877 sufrió una transformación radical. Llevaba la indicación tipográfica de Sampierdarena para evitar el riesgo de que la curia de Turín le negara el imprimatur. Tenía doce páginas y los siguientes títulos: Ai Cooperatori Salesiani, Dei Cooperatori, Lettere dei Missionari salesiani nell'America Meridionale, Cose diverse, Prima prove di alcuni Cooperatori, Indulgenze speciali pel mese di agosto; seguidas y concluidas por tres densas páginas de un catálogo de libros.
Había dos ediciones para el mes de septiembre. La primera con la dirección de Turín, la segunda con la de Génova. En noviembre, Don Bonetti asumió el cargo de redactor-director. A partir de enero de 1878 se utilizó exclusivamente la cabecera BS. Las páginas variaron de ocho a veinte hasta 1881. A partir de 1882, se inició la numeración continua hasta doscientas cuatro páginas en 1882-1883 y ciento cincuenta y ocho páginas en 1888.
En el primer número de septiembre de 1877 Don Bosco indicaba a los Salesianos Cooperadores que el BS les daría 'cuenta de las cosas hechas o por hacer para conseguir el fin que nos hemos propuesto' que es 'la gloria de Dios, el bien de la Sociedad Civil'. En concreto, pretendía que la revista fuera el medio habitual para mantener la identidad de pensamiento y de acción entre los Cooperadores y los Salesianos, para promover la buena prensa, para oponerse al proselitismo protestante, a la corrupción de las costumbres y a la prensa irreligiosa e inmoral, en perjuicio sobre todo de los jóvenes, y sobre todo para hacer el bien a los lectores y a sus familias.