Por el P. Tarcizio Paulo Odelli
Y así Don Bosco, utilizando sus dotes de gran comunicador, se lanzó al campo de la edición, convirtiéndose en un notable y exitoso editor. Tenía una personalidad cautivadora, sus obras eran de gran actualidad y contaba con una vasta red de relaciones cultivadas a través de cartas, publicaciones, viajes, empleando siempre muy bien su "imagen" de educador, trabajador social, taumaturgo y "santo".
Ya en los comienzos del Oratorio Festivo, Don Bosco se dio cuenta de que su trabajo con los jóvenes sería eficaz si disponía de libros adecuados para la juventud pobre y abandonada. Por eso, comenzó a escribir pequeñas obras para el pueblo en general y para los jóvenes. En 1848 lanzó un pequeño periódico para jóvenes, "El Amigo de la Juventud", con el objetivo de promover "los intereses religiosos, morales y políticos". El periódico, que salía cada tres semanas, duró poco. Luego aparecieron las "Lecturas Católicas", publicadas no solo en Turín, sino en toda Italia. No contento con estas publicaciones individuales, en 1861 obtuvo el permiso para tener su propia imprenta.
El Boletín Salesiano, nacido en agosto de 1877, es, podríamos decir, la coronación de toda esta empresa editorial. Don Bosco vio, a semejanza de otras publicaciones similares de la época, que era necesario crear un boletín que generara vínculos e información para las personas de la sociedad del momento interesadas en la obra salesiana. Los destinatarios de este boletín serían los Salesianos Cooperadores . En 1877 les escribe: "se prescribe un Boletín mensual, que a su tiempo se publicará para daros cuenta de las cosas hechas o por hacer para conseguir el fin que nos hemos propuesto".
Con el paso del tiempo, Don Bosco se dio cuenta de que el Boletín Salesiano sería el medio para escuchar la voz salesiana fuera de su Obra, transformando este vehículo de comunicación en mensajero de la misión salesiana más allá de los muros del Oratorio de Valdocco. De este modo, el Boletín Salesiano se convirtió en un instrumento para conocer la vida de la Congregación, las acciones de sus miembros y destinatarios, y también para conocer, desde un punto de vista histórico-geográfico-cultural-eclesial, los territorios y el mundo de los indígenas de América Latina.
En su carta sobre la difusión de los buenos libros, Don Bosco se refiere a la misión del Boletín Salesiano de la siguiente manera: Finalmente, con el Boletín Salesiano, entre otros fines, perseguí también este: el de mantener en los jóvenes que vuelven a sus familias el aprecio por el espíritu y las máximas de San Francisco de Sales, y el de convertirlos a ellos mismos en salvadores de otros jóvenes.
No es que diga que haya conseguido plenamente mis objetivos, pero sí que os toca a vosotros coordinarlos de tal modo que aún se puedan alcanzar enteramente”.
Y al final de la carta muestra su descontento con quienes no se interesan por la difusión de los buenos libros: “He de deciros, empero, que mi corazón experimentó una gran pena al enterarme de que, en algunas casas, las obras que hemos publicado expresamente para la juventud han sido a veces ignoradas o no tenidas en cuenta”.
Hoy el Boletín Salesiano es una Obra Salesiana activa en los cinco continentes. Así se cumplió la profecía de Don Bosco de que el Boletín Salesiano sería "un arma poderosa" porque llegaría a muchas personas (cf. Circular 172 sobre la distribución de buenos libros, Turín, 19/03/1885). Es una revista institucional, tiene una identidad carismática y una calidad profesional acorde con los tiempos. Hoy en día, la BS ya no se publica únicamente en papel, sino que navega por el mundo digital. Trata temas de actualidad, estudiados desde una perspectiva salesiana. Busca integrarse con los diversos Boletines de los países donde la Familia Salesiana de Don Bosco está presente. Nuestro esfuerzo será, pues, continuar esta Obra, a pesar de los muchos desafíos que el mundo de hoy nos ofrece, conscientes de lo comprometido que estuvo nuestro Fundador para que la misión salesiana se adaptase a los tiempos, contextos y culturas diferentes.
