En la geografía salesiana, Camerún forma parte de la Visitaduría "Nuestra Señora de África" de África Tropical Ecuatorial (ATE), junto con Chad, República Centroafricana, Gabón y Guinea Ecuatorial. La Visitaduría cuenta con catorce comunidades salesianas, cuatro de las cuales tienen su sede en Camerún.
Una de estas comunidades, el Estudiantado Teológico San Agustín de Yaundé, está situada en Nkol'afeme, una zona con un gran número de jóvenes. Allí, los salesianos dirigen un centro juvenil muy popular entre los jóvenes: el Oratorio-Centro Juvenil "Don Bosco" de Nkol'Afeme. La inestabilidad política en el oeste del país ha hecho que la población de esta zona crezca considerablemente, debido a la emigración, por lo que el número de jóvenes que acuden al centro juvenil salesiano sigue aumentando. Cuando el centro abre sus puertas, los sábados y domingos, suele acoger entre cuatrocientos y quinientos niños y jóvenes. Y es el único lugar de la zona que permite a los jóvenes divertirse y desarrollarse física, cultural y espiritualmente.
Para llevar a cabo su misión -ser un lugar acogedor para los jóvenes, un entorno positivo que apoye su crecimiento espiritual, intelectual y social-, los Hijos de Don Bosco, especialmente a través de la implicación de los estudiantes de teología en las actividades pastorales, animan actividades de todo tipo: deportivas, como fútbol, baloncesto y voleibol; culturales, como danza u otras actividades artísticas; recreativas, a través de diversos torneos de juegos de mesa; y musicales, a través de clases de piano, guitarra, batería y banda.
A través de la música, al igual que con el resto de sus actividades, el centro juvenil salesiano pretende enseñar a estos jóvenes a crecer como ciudadanos íntegros y buenos creyentes. La música es un campo que apasiona a muchos de los jóvenes, por lo que ayudarles a desarrollar sus talentos musicales es una de las principales actividades de los salesianos del lugar. Actualmente, en el centro hay unos ochenta jóvenes dedicados a la música, supervisados por un equipo de cinco animadores.
A los jóvenes les encanta la música: para ellos es una forma de expresarse que les da mucha alegría. Sin embargo, el centro necesitaría más instrumentos musicales, así como formación musical, para que los alumnos puedan aprender a tocar distintos instrumentos. "Además de ser una gran oportunidad de aprendizaje para los jóvenes, este desarrollo de las actividades musicales contribuiría a la vida más amplia del centro juvenil, ya que el equipo y los instrumentos musicales se utilizarían para eventos que reúnen a los jóvenes de la zona", atestigua la joven salesiana en formación, Silvère Zinsou.
"Aprender a tocar un instrumento tiene muchas ventajas: estimula el cerebro, aumenta la capacidad de memoria y la concentración, desarrolla las habilidades matemáticas y también puede mejorar la capacidad de lectura y comprensión", resume la joven Zinsou. Además, el tiempo y el esfuerzo que requiere enseña paciencia, disciplina y perseverancia; a medida que avanzan los estudios, también crece la autoestima; sin olvidar que tocar alivia el estrés, da alegría y ayuda a mejorar las habilidades sociales.
Por no hablar de los pasajes de las Escrituras que ensalzan el papel de la música como medio para alabar a Dios. Por eso el joven concluye su argumentación a favor de las bendiciones de la enseñanza de la música citando: "El Salmo 150 nos anima a alabar a Dios con diversos instrumentos: trompeta, arpa, cítara, timbales, instrumentos de cuerda, flauta y címbalos. Del mismo modo, el Salmo 98 exhorta: 'Canten al Señor con el arpa y al son de instrumentos musicales; con clarines y sonidos de trompeta [...], prorrumpan en cantos jubilosos'".
