“Gracias al espíritu misionero de nuestra Congregación, todavía hay salesianos que parten para dar su vida a Dios como misioneros”, escribe Don Ángel en su mensaje. El Rector Mayor ve en todo esto el cumplimiento de lo que Don Bosco mismo dijo en su homilía durante el primer Envío Misionero, el 11 de noviembre de 1875: "... Quién sabe si no será esta partida y de este pequeño poco como una semilla de donde crecerá una gran planta?… ¿Quién sabe que esta partida no ha despertado en el corazón de muchos el deseo de consagrarse a Dios en las Misiones, uniéndonos y fortaleciendo nuestras filas? Eso espero. ..." (MB XI, 385)
En su carta, el Rector Mayor subraya que hoy “las misiones” no pueden entenderse sólo como un movimiento hacia las “tierras de misión”, como en el pasado. Hoy los misioneros salesianos vienen de los cinco continentes y son enviados a los cinco continentes, no sólo para responder a las necesidades de personal sino, sobre todo, para testimoniar que para los Hijos de Don Bosco no hay fronteras, para contribuir al diálogo intercultural, a la inculturación de la fe y del carisma, para desencadenar procesos que puedan generar nuevas vocaciones locales.
Con esta carta, el 10º Sucesor de Don Bosco invita a los salesianos a la oración y a un cuidadoso discernimiento para saber si el Señor los llama, dentro de la común vocación salesiana, a ser misioneros de por vida (ad vitam). Invita también a los Inspectores, con sus Delegados para la animación misionera (DIAM), a ser los primeros en ayudar a sus hermanos a cultivar el deseo misionero y facilitar su discernimiento.
El texto completo del llamamiento misionero del Rector Mayor para 2022 está disponible en italiano, inglés, español, francés, portugués y polaco al pie de la página.