Coco Benie, una niña recibida en el “Foyer Don Bosco” de Kandi, despertó emoción en sus benefactores cuando expresó: “Gracias por su apoyo. Mis compañeros del centro y yo estamos felices de tener ropa nueva para la fiesta, al igual que los demás niños que están con sus papás”.
Mounanvi Mariano es una aprendiz del curso de sastrería del "Foyer Don Bosco" y también fue beneficiada con esta donación. Ella expresó: "Gracias a la ayuda de ‘Salesian Missions’ pude tener anteojos que me permiten ver mejor y acelerar mi aprendizaje".
Además, en la zona de Kandi suele haber una afluencia de niños no acompañados, que a veces son vendidos en el mercado negro y explotados como mano de obra. Con el apoyo de UNICEF, se habilitó una casa de tránsito para albergar a estos niños, guiándolos a otros hogares o tratando de fomentar la reintegración a sus familias. El Foyer Don Bosco, por su parte, atiende a niños y niñas en situaciones muy complejas, incluidos los que han sido abandonados por sus familias, los que han sufrido diversas formas de abuso o las víctimas de matrimonios forzados.
El Foyer Don Bosco fue creado para aquellos niños, niñas, muchachos y muchachas que no tienen adónde ir o que tienen que estar alojados por largos periodos de tiempo. En colaboración con los tribunales de menores de Benin, los salesianos asisten a los pequeños en conflicto con la ley y en situaciones de alto riesgo. Incluso son bienvenidos los menores que la policía fronteriza a veces intercepta mientras son traficados desde Níger y Burkina Faso
El funcionamiento del Foyer Don Bosco es posible gracias a las donaciones de los bienhechores, que permiten a los salesianos proporcionar a los jóvenes alimentación, vestido, educación y atención médica. Los salesianos también trabajan con las familias de estos menores y, en la medida que sea posible o recomendable, intentan conseguir su reunificación. Actualmente hay 40 huéspedes en la casa, con edades comprendidas entre los 5 y los 15 años.
Los niños de Benin se enfrentan a considerables dificultades para obtener una buena educación dentro del deficiente sistema educativo del país. Según UNICEF, Benin sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, con casi el 70% de la población viviendo en situación de pobreza, lo que se convierte en una de las principales causas del tráfico de niños. Además, cerca de la mitad de todos los niños de entre 5 y 13 años realizan algún tipo de trabajo forzoso en el país y casi el 20% sufre desnutrición crónica.