Estos temas fueron:
1. Visión antropológica y claves interpretativas del modelo educativo pastoral salesiano.
2. Fuente carismática del modelo educativo pastoral salesiano: el Sistema Preventivo y el “corazón oratoriano”.
3. Liderazgo pastoral, desarrollo de relaciones interpersonales significativas y manejo de conflictos.
4. Situación orgánica y continuidad en la pastoral juvenil: dinámicas dentro de una Inspectoría, gestión de comisiones y grupos en el campo pastoral Inspectorial.
5. La intervención pastoral en las Comunidades Educativo-Pastorales y en los diversos sectores de la pastoral juvenil: criterios de verificación, elementos significativos y camino hacia una mayor significación.
6. Integración de habilidades personales, de relacionamiento y acompañamiento espiritual en la vida del Delegado.
7. Comprensión pastoral del "contagio", del "ven y verás", la animación vocacional que narra con su propio rostro radiante y su propia alegría de vivir lo que le sucede a una persona que ofrece su "sí" al Señor.
8. Implicaciones de la planificación en los diversos aspectos de la experiencia educativa y pastoral (cultura de la reflexión, "detenerse, pensar y actuar" para el Proyecto Orgánico Inspectorial, el Proyecto de Pastoral Educativo Salesiano Inspectorial): la decisión pastoral exige que lleguemos a lo concreto de la programación.
9. Visita guiada a los lugares salesianos que han visto desarrollarse la espléndida aventura humana y cristiana de Don Bosco: sus opciones, valores inspiradores y realizaciones adquieren así una singular fuerza evocadora y pastoral.
10. Promoción de la ecología integral, el valor de la música y la oración con los jóvenes.
“De estos días surgen algunos desafíos -comenta el padre Miguel Angel García Morcuende, Consejero General para la Pastoral Juvenil- que estamos llamados a afrontar como animadores inspectoriales de la Pastoral Juvenil: el de la confianza, que no tiene miedo de ofrecer una propuesta valiente, evangélicamente exigente y a la vez profundamente humana; el de la lucidez, que nos ayuda a no perder el modelo salesiano de pastoral y a mantener la mirada fija en lo que importa en los diversos momentos históricos; el de la de la convicción, de que vale la pena seguir a Cristo, y que la entrega total de uno mismo a la causa del Evangelio es algo estupendo y hermoso que puede dar sentido a toda una vida”.
Fue una experiencia salesiana que reavivó el sentido de pertenencia a la Congregación, despertó en todos el deseo de reavivar la caridad pastoral y la atención hacia las nuevas periferias.