El trabajo de los salesianos en esta emergencia no se detiene. La entrega de alimentos, medicamentos, ropa y otras necesidades básicas se realiza casi a diario en las zonas más afectadas de Ucrania, como Kharkiv, Dnipro, la región de Lugansk y Donetsk; y lo mismo ocurre con la atención a los refugiados que llegan a las diversas Inspectorías salesianas de Polonia y a los otros países cercanos al lugar de la guerra.
Muchas escuelas salesianas en Ucrania continúan funcionando y ofrecen lecciones online, además de hospedar a menores y personas desplazadas de sus hogares. La mayor parte de las actividades salesianas están dirigidas a la educación, socialización y atención de los menores y adolescentes en todas sus dimensiones.
Pero nada es sencillo: Eva, que huyó junto con sus tres hermanos, Iván, Vitya y Petro, cruzó a pie la frontera con Polonia y cuenta: “Nos escapamos llevándonos cositas. Siento mucho la falta de comunicación, me gustaría participar en las lecciones online de nuestra escuela en Zhytomyr, pero es imposible. No puedo creer que tenga que quedarme en otro país por mucho tiempo. Realmente extrañamos mucho nuestra vida pasada”.
Inna, por otro lado, es educadora en una escuela primaria en Zhytomyr. “Vivo y trabajo en Ucrania y la mayoría de mis lecciones tienen lugar entre un ataque aéreo y otro. Para las lecciones utilizo el video del telefono móvil, que no es muy cómodo, como pueden suponer… Me ayudaría mucho tener un portátil. Pero en cualquier caso trato de dar lo mejor de mí misma a mis alumnos, mi escuela y mi país, y aunque estoy enseñando con el sonido de las explosiones de fondo, sigo trabajando”.
Teniendo en cuenta estas situaciones, la Inspectoría "Saint Thomas of Canterbury" (GBR) ha lanzado una campaña de recaudación de fondos para la comprar computadoras portátiles y dispositivos informáticos que serán entregados a los jóvenes refugiados ucranianos y los maestros que se quedaron para enseñar en Ucrania.
“El 100 % de los fondos se utilizará para apoyar a los niños ucranianos, a los maestros y a la administración escolar… Comenzaremos tratando de ayudar a los estudiantes de las escuelas de Zhytomyr y Odessa”, señalan los líderes de la campaña, quienes también agregan: “Si no logramos garantizar una educación para esta generación, entonces tendremos que reconocer que la guerra ha ganado”.
Mientras tanto, en los países fronterizos con Ucrania, los refugiados reciben atención en las escuelas, así como en los oratorios salesianos, donde hay iniciativas educativas y de esparcimiento capaces de darles una apariencia de normalidad. Quienes se alojan en los centros salesianos reciben las 24 horas del día, alojamiento, alimentación y toda la ayuda que necesitan, como el deporte, para ayudarles a superar los traumas de la guerra, además de asistencia psicológica y espiritual.
Mientras el apoyo económico, moral y simbólico para la población ucraniana sigue llegando de todas partes del mundo: incluso de Mongolia, donde los 20 niños del centro de asistencia especial, dirigido por los Hijos de Don Bosco de la Inspectoría de Vietnam. han hecho una colecta a favor de sus pares ucranianos. Recaudaron 104.190 tugriks, poco más de 30 euros. Esta es una pequeña cantidad, pero representa un gran ejemplo de solidaridad, generosidad y hermandad.