La prisión que ayer recibió al Santo Padre está situada en las afueras de la ciudad de Civitavecchia, a unos 80 km de Roma y entre presos y personal alberga a una comunidad de unas 900 personas. Hay 530 reclusos, la mayoría mujeres. Sólo una representación de ellas pudo acudir a la capilla para saludar al Papa, junto a una delegación de los agentes y personal del centro penitenciario, además de algunas autoridades, entre ellas la ministra de Justicia italiana Marta Cartabia. Muchos, sin embargo, permanecieron afuera de la capilla, apoyados en la pared para filmar y saludar al Papa a su llegada.
La celebración fue recogida, con los internos que animaron con cantos, sirvieron como monaguillos y lectores. La homilía del Papa, pronunciada con un hilo de voz, se centró en los conceptos de perdón y servicio. El obispo de Roma comentó las lecturas del día, hablando del simbolismo del lavado de los pies, un gesto, una "cosa extraña", porque "en aquella época solamente los esclavos eran quienes lavaban los pies".
Además, el Señor lava los pies a los 12 Apóstoles, entre ellos a Judas “el que lo vende -prosiguió Francisco-. Así es Jesús y nos enseña esto, simplemente: entre vosotros hay que lavarse los pies… Uno sirve al otro, sin interés: qué bonito sería si esto fuera posible hacerlo todos los días y a todas las personas”. Desinteresadamente, repitió.
“¡Dios perdona todo y Dios siempre perdona! -añadió el Pontífice-. Somos nosotros quienes nos cansamos de pedir perdón”, olvidando que el Señor “es un Juez un tanto extraño: el Señor juzga y perdona”. Finalmente, concluyó exhortando a seguir adelante con “el deseo de servirnos y perdonarnos”.
https://www.infoans.org/es/secciones/noticias/item/15149-italia-servicio-y-perdon-las-palabras-del-papa-francisco-desde-la-prision-en-civitavecchia#sigProId597cc3f182