La Visitaduría de Malta (MLT) “María Auxiliadora”, erigida en 2018, tiene en realidad una historia mucho más antigua, dado que la primera presencia en el archipiélago maltés -la “St. Patrick” en Sliema- es de 1903. Además es una historia bastante peculiar: porque así como el propio país ya es un cruce de caminos del Mediterráneo, también los orígenes salesianos son "compuestos", siendo deudores sea de los salesianos del norte de Europa, irlandeses e ingleses, que fueron los primeros en ser encargados del cuidado pastoral de las islas por los superiores salesianos; que  de los salesianos sicilianos, dada la cercanía geográfica y práctica que les llevó a gestionar una obra ofrecida por bienhechores a la Congregación.

“Estas raíces mixtas han traído beneficios, porque hay una Visitaduría con diferentes obras, incluida la presencia oratoriana: de hecho, casi todas las obras tienen hoy un oratorio”, explicó el padre Coelho.

Hoy hay 36 salesianos activos en Malta, pertenecientes a 4 comunidades, que animan multitud de actividades y apostolados significativos, a través de las obras repartidas en Sliema y Dingli.

Dingli es una realidad viva en un pueblo a 16 km de la capital, La Valeta. La casa salesiana, iniciada a fines de la década de 1960, tiene una escuela para niños con 250 alumnos, una casa de formación para salesianos y un oratorio con varios grupos de jóvenes.

En cambio en Senglea los salesianos están presentes desde 2008, pero su presencia tiene un pasado centenario: de hecho, el centro salesiano incluye un oratorio y un centro juvenil bien organizado, además de una iglesia muy antigua, junto a la cual se encuentra un convento de los Oratorianos de San Filippo Neri de finales del siglo XVI.

Ellos animaron el conjunto hasta hace casi un siglo, luego en la Segunda Guerra Mundial la iglesia fue bombardeada y recién retomó la vida en 1958, con los jesuitas, quienes la reconstruyeron y se instalaron en el convento que una vez perteneció a los Oratorianos. Después de 50 años, sin embargo, los jesuitas también lo abandonaron, por razones de reorganización, y desde que los salesianos se hicieron cargo están cuidando el rico patrimonio cultural que contiene este tesoro de historia y arte. “Por ejemplo, junto con los voluntarios, se están limpiando y cuidando la biblioteca local, de la misma época que la iglesia. Es un trabajo minucioso: limpian cada página, están haciendo un bonito catálogo de las obras e incluso han encontrado un manuscrito antiguo, una reliquia histórica muy importante”, informa el Consejero general para la Formación.

En Sliema, en cambio, los salesianos animan tanto la histórica casa de “St. Patrick ”, sea con una escuela especial, una residencia para niños especiales, una iglesia pública y los centros locales de varias asociaciones de la Familia Salesiana; como el “St. Alphonsus” con el oratorio y centro juvenil, la sede de la Visitaduría, casas (dar, en maltés) para jóvenes en dificultad y riesgo: “Osanna Pia” y “Mamma Margherita”, a las que se suma “Dar Alberto Marvelli”, gestionada directamente por los Exalumnos de Don Bosco.

“Estos centros son la manifestación de la atención salesiana por los jóvenes, tan amados por Don Bosco. En los últimos años, en particular, de acuerdo con las indicaciones del Papa y del Rector Mayor, se han equipado para recibir a los migrantes en particular situación de necesidad”, continúa el padre Coelho.

La realidad de la juventud maltesa no está exenta de importantes desafíos. Así lo ha recordado el Papa, durante las intervenciones en su reciente visita, cuando ha advertido del buscar "una falsa prosperidad dictada por el lucro", las "necesidades inducidas por el consumismo" o "del derecho a tener cualquier derecho".

Pero en un contexto de secularización generalizada, los salesianos han sabido encontrar puntos de encuentro con las instituciones, en proyectos sociales, llevando a cabo iniciativas apoyadas en convocatorias nacionales o de la Unión Europea. Saben incluso encontrar espacios de colaboración con creatividad, como es el caso de la Capellanía de la “MCAST”, universidad estatal con orientación profesional donde cinco salesianos y otros se alternan entre aulas y pasillos, estando siempre junto a los jóvenes.

Tampoco hay que olvidar las otras dos obras insignes de la presencia salesiana en el archipiélago. Por un lado, está la especialización generalizada entre los Hijos de Don Bosco en psicoterapia y asesoramiento: es una habilidad adquirida hace algunos años de forma experimental por varios pioneros salesianos y luego transmitida a las generaciones más jóvenes, de tal manera que hoy los salesianos tienen una gran experiencia en el acompañamiento personal de los muchachos.

Y por otro lado, son notables las relaciones muy intensas y fecundas con los laicos, que se manifiestan tan pronto como uno se adentra en determinadas realidades. Es el caso de la Oficina Inspectorial de Planificación y Desarrollo, que es una especie de gran hub donde trabajan día a día salesianos, exalumnos y jóvenes voluntarios; o la “Librerija Taghlim Nisrani”, una librería salesiana que funciona gracias a la colaboración entre el Director Salesiano y el servicio generoso de muchos voluntarios.

La presencia salesiana en Malta, país que en el pasado ha contribuido con las misiones salesianas enviando muchos de sus hijos a misiones ad extra, también está discerniendo nuevas opciones en este sentido. Si bien ahora, concluye el padre Coelho, ya es "¡una realidad hermosa y dinámica!".

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