Con este particular homenaje, el Santo Padre ha querido renovar una vez más su cercanía a toda la Familia Salesiana y su devoción personal al Santo de la Juventud. Luego añadió: “Pensemos en este gran Santo, Padre y Maestro de la juventud. No se encerró en la sacristía, no se encerró en sus cosas. Salía a la calle a buscar a la gente joven, con esa creatividad que era su característica. ¡Los mejores deseos para todos los salesianos y las salesianas!”.
Fue el mismo mensaje que el padre Fernández Artime ofreció durante la Misa que presidió en la Basílica de María Auxiliadora de Valdocco, y que fue concelebrada por los padres Michele Viviano, Rector del Santuario y Alejando Guevara, Director de la comunidad; con el acompañamiento musical del Coro de la Basílica, presidida por su Maestro, el padre Maurizio Palazzo.
“Don Bosco, que tanto amaba a Dios y al Señor Jesús, se esforzó con todas sus fuerzas y durante toda su vida en acercar los jóvenes a Dios y prepararlos para la vida”, explicó el Rector Mayor en su homilía, que sabiamente entrelazó la figura de Don Bosco con la liturgia del Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario.
Continuó señalando que, como el profeta Jeremías, también Don Bosco incluso antes de su nacimiento había sido consagrado para ser profeta entre los jóvenes, para hablar a sus corazones en el nombre de Dios y ayudarlos a que vivan como honestos ciudadanos y buenos cristianos.
Como el profeta Jeremías, también Don Bosco se encontró con celos e incomprensiones y no todo fue fácil ni sencillo. Sin embargo se mantuvo fiel al plan de Dios, y su testimonio recuerda a todos que "siempre hemos sido amados", que "nuestra vida no sucede por casualidad".
Don Bosco también dio testimonio de la caridad con toda su vida, esa caridad descrita magistralmente por San Pablo en la Segunda Lectura. “Ese era el programa de vida aquí en Valdocco, para esos niños que no tenían nada ni nadie excepto a Don Bosco… Siempre trató de vivir con caridad y en la caridad. La caridad es el camino, la norma de vida de los cristianos”, continuó el Rector Mayor.
Y frente a la página del Evangelio que muestra a Jesús incomprendido por sus propios conciudadanos, porque proclama a un Dios cercano, “que desde hace siglos clama para que no haya más injusticia con los pobres”, el Rector Mayor indicó la enseñanza de Don Bosco a sus hijos: la de vivir la fe "con alegría y esperanza", y la vida "con la certeza de que Dios acompaña todos nuestros pasos".
Por eso, el Rector Mayor ha concluido su reflexión invitando a todos -fieles presentes y conectados a través de la televisión y las redes sociales- a cuidar de los más pequeños "con la oración y la caridad", recordando que "Dios quiere todavía que estos niños y niñas , especialmente a los más pobres y necesitados, tengan a su lado a personas que sean para ellos lo que fue Don Bosco”.