En la cuna del carisma salesiano las religiosas rezaron por el nuevo Consejo General: la Madre General, Emiliana Park (coreana); su vicaria, la hermana Maria Tsujihara (japonesa); la Consejera General para la Formación, Sor Maria Letizia Ono (japonesa); la Consejera General para las Misiones, Sor Veronica Hamasaki (brasileña); la Ecónoma General, Hermana Dafrosa Oh (coreana); la Consejera General de Justicia, Paz e Integridad de la Creación, Sor Evangeline Min (coreana); la Consejera General de Espiritualidad, Sor Maria Mukai (japonesa).

Durante la Eucaristía de clausura del Capítulo, el X Sucesor de Don Bosco, el padre Ángel Fernández, se dirigió a las hermanas con una homilía que tocó tres puntos principales:

Agradecimiento a la nueva dirección: "Madre Emiliana, perdóneme por la franqueza, pero si pretende realizar su servicio verdaderamente en el nombre del Señor Jesús, sepa que como el grano de trigo tendrá que morir un poco cada día, para dar vida a sus hermanas; y no hay duda de que el Señor bendecirá este don de sí misma y de servicio…".

Una invitación a la fidelidad al carisma: “Estáis llamadas a ser verdaderamente vida para muchos, luz del mundo, sal en la misión entre los más pobres. Después de este Capítulo, Dios las llama mis queridas hermanas, a avanzar en la santidad personal y carismática, a ser cada vez más fieles en la sencillez de la propia vida …".

Una invitación a dejarse inspirar por el Evangelio: "Mis queridas hermanas, sólo la fe realmente nos salva, nos eleva, nos sana, y da y dará a vuestra Congregación todas las fuerzas para continuar la misión para la que habéis sido suscitadas por el mismo Espíritu Santo. Solo fe en Jesús y solamente en el mismo Jesús”.

Al final de la homilía, el Rector Mayor concluyó: "Que la bendición de María Auxiliadora que ofreceremos al final de esta solemne celebración sea una vez más un envío misionero, como lo fue para Don Cavoli y Don Cimatti".

Al final de su XVIII Capítulo General, las Hermanas Capitulares de la Caridad de Jesús de los cinco continentes partieron hacia San Giovanni in Marignano, cerca de Rimini, para asistir a la bendición de la renovada casa natal de Don Antonio Cavoli (1888-1972), fundador de su Instituto.

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