La sencilla ceremonia, presidida por el nuevo presidente de "Mission Don Bosco", el padre Daniel Antúnez, contó con la participación de más de 250 jóvenes, que cantaron y participaron en la bendición de las mochilas, "un pequeño espacio en el que Jesús también debe encontrar un lugar”, señaló el padre Enrico Lupano, al dirigir la oración.
Fue la representante de los estudiantes de secundaria, Lola, quien explicó a los más pequeños el significado del regalo. “¿Por qué una botella térmica para el agua? Porque el agua es muy importante, no se debe desperdiciar, se deben hacer gestos de respeto hacia quienes no tienen este bien básico”, dirigiendo nuestro pensamiento a los países pobres que apenas tienen acceso al agua potable. "Pero también hay otro valor", añadió la alumna: "son botellas que sustituyen a las de plástico".
"Missioni Don Bosco" deja así en manos de los alumnos una especie de recordatorio para pensar en un mundo que pide equilibrarse desde el punto de vista de la sociedad y el medio ambiente.
Una experiencia similar ya se había hecho el año pasado en el "Instituto Agnelli de Turín", para sensibilizar sobre la fraternidad.
Cada botella térmica y bolsa tienen espacio para escribir el propio nombre, no sólo por razones de higiene -siempre importante y hoy más que nunca debido a la pandemia- pero también individuar las responsabilidades que uno asume al recibir este regalo. El canto que fue el trasfondo de esta entrega hablaba precisamente de un "llamado por su nombre" a caminar en la comunidad educativa que toma sus valores de la vocación cristiana.
La misma iniciativa se realizó también esa mañana, con los alumnos de secundaria encomendados a las Hijas de María Auxiliadora.
Para obtener más información, visite el sitio web: www.missionidonbosco.org