A continuación, algunos de los estímulos, ideas, indicaciones y aliento que dan los jóvenes:
Sean madres que cuidan, con responsabilidad y seriedad, el compromiso de la formación y del acompañamiento de la Juventud. Que la animación vocacional esté en vuestro corazón. Sean una presencia significativa en medio de los jóvenes, en todos los ambientes educativos. Aprendan a conocer el mundo juvenil que está en continua evolución. Nuestro deseo es que no tengan miedo de progresar al estilo de Valdocco y Mornese. No teman estar cerca de nosotros, de valorizarnos y considerarnos actores responsables en el anuncio de Jesús a nuestros amigos.
Les agradecemos que hayan dado el SÍ a la vocación, al servicio, a la ternura, al testimonio de sabiduría y al camino recorrido juntos (…) Nos enfrentamos a un futuro complejo y desafiante, que queremos cambiar. (...) Nuestra vida y toda la humanidad están continuamente desafiadas por la violencia y la desigualdad (...) Hay guerras, hambre, pobreza, migración forzada, deserción escolar, desempleo, en cambio y hay violación de derechos.
Esta es la realidad en la que vivimos y donde nos encontramos: ¿la reconocen también ustedes, quieren ayudarnos a transformarla? (...)
Siéntanse acompañadas con nuestra oración, para que el Espíritu Santo las ilumine. Y cuenten con nuestro compromiso y discernimiento para construir con ustedes comunidades generadoras de vida y esperanza.
Compartimos lo que nos gustaría que tomen en consideración hacia nosotros: estar más abiertos al mundo digital y acompañarnos a conocerlo y vivirlo con responsabilidad y sentido crítico; estar más abierto a los problemas sociales. (...)
Dar más valor a grupos de voluntarios como el VIDES.
Deseamos que puedan volver más clara y visible la misión de las Hija de María Auxiliadora y que vuestro testimonio tenga una fuerte influencia en el corazón de los jóvenes.
Contamos con ustedes para ser signos de la presencia de María que nos empuja a una vida de santidad, compasión y amor por nuestros hermanos y hermanas.
¿Qué es una comunidad que genera vida? Es como una planta y una semilla, que necesitan agua, sol y aire puro, así es la comunidad de las FMA. Hay necesidad de amor, de novedad, de que estén con nosotros los jóvenes para escuchar y compartir, "estar ahí", implicarnos y hacernos participar en la misión educativa salesiana.
Un saludo a la Madre Yvonne, a las Hermanas del Consejo y a todos los participantes del Capítulo General. Les deseamos un tiempo de gracia y gratitud, de esperanza e innovación, para que el Instituto siga siendo fructífero en su misión.