Junto con el Rector Mayor concelebraron: el padre Maria Arokiam Kanaga, Superior de la Visitaduría "Maria Sede della Sapienza" de la Universidad Pontificia Salesiana (UPS); el padre Nicolussi, confesor de la comunidad y ex Consejero general para la formación; el Director de la comunidad, el padre Adam Kazimierz Homoncik; y otros salesianos.
Durante la homilía el padre Fernández Artime, resumió en varios puntos a pesar del poco tiempo, los pilares de la vida salesiana: una vida plenamente dedicada a Dios y a los jóvenes. En un primer momento recordó el sentido profundo de la profesión perpetua como una donación total a Dios: "Si Dios no está en el centro del corazón, tarde o temprano nos devora el cansancio, la vida nos quema". Por eso invitó a los ocho salesianos a pedir a Dios que "la alianza sea fuerte, firme y duradera".
Luego, recordando su sueño "de una Congregación formada por felices salesianos de Don Bosco", habló de la vida comunitaria salesiana como una oportunidad de felicidad, invitando a asumir la "humanidad de Don Bosco" hacia los jóvenes pobres, sin sentirse satisfechos por una vida "cómoda".
“Queridos hermanos jóvenes, ustedes ofrecen la vida a Dios, para vivirla con verdadera pasión, con esa humanidad que se deja golpear por el dolor de los demás”, añadió, subrayando que sólo así evitará el peligro “de convertirse en una Congregación de Élite".
A continuación destacó la prioridad de la consagración salesiana sobre la dimensión sacerdotal o laical de la propia vocación; e ilustró la Cruz Salesiana como un símbolo que nos recuerda constantemente el modelo al cual los Salesianos están llamados a conformarse: Jesús el Buen Pastor.
Por último, destacó cómo la comunidad y la fraternidad forman parte del depósito carismático de la Congregación, y subrayó el "signo profético" que constituye la presencia ricamente multicultural de los nuevos salesianos, para siempre.
De hecho, los ocho nuevos profesos perpetuos que se formaron en la comunidad Beato Ceferino Namuncurá en Roma, en el Estudiantado Teológico Gerini, son una pequeña representación de la variedad cultural y geográfica de toda la Congregación: proceden de Asia (Oriente Timor, Sri Lanka, Corea del Sur), América (Haití, Brasil), Europa (Polonia) y África (Tanzania, Ruanda y Madagascar).
La Eucaristía, celebrada en pleno respeto de las medidas de seguridad anti-Covid-19, se transmitió en vivo en la página de Facebook de la comunidad del Estudiantado teológico y puede verse aquí.