“Lo hemos perdido todo. Salimos lo más rápido que pudimos en cuanto escuchamos los gritos de ¡fuego, fuego! Estábamos en la calle, sin comida desde ese día y sin saber dónde ir porque cuido a mi abuela que es muy mayor”, asegura Yaikain, una de las jóvenes acogida en Don Bosco Fambul y que, como cientos de menores, necesita ayuda urgente.
Freetown vuelve a vivir una nueva tragedia. En esta ocasión, un incendio en el suburbio conocido como Susan Bay redujo a cenizas el pasado miércoles más de 500 humildes viviendas de chapa y madera en una extensión de al menos 10 hectáreas. Al parecer no hay que lamentar víctimas mortales, pero sí 80 personas heridas y más de 5.000 damnificados que lo han perdido todo. En apenas cuatro horas, y por causas que se aún se desconocen, el fuego se extendió entre la madera y los cartones que contenían la mayoría de las humildes viviendas.
“Los niños, niñas, adolescentes y madres con bebés saben que tienen un lugar seguro al que acudir en Don Bosco Fambul”, asegura el misionero salesiano Jorge Crisafulli. Los Salesianos ya actuaron así ante otras tragedias, abriendo sus puertas y ofreciendo toda la ayuda a la población más necesitada.
Lo hicieron durante la epidemia de ébola, en 2015, para acoger a los menores huérfanos; también en diciembre de 2016, cuando otro incendio en el suburbio Angola Town dejó a cientos de personas sin hogar. Lo volvieron a hacer en agosto de 2017, con los patios salesianos convertidos en el nuevo hogar para decenas de personas durante varios meses cuando un deslizamiento de tierra en la montaña Pan de Azúcar dejó más de un millar de muertos y centenares de heridos y desplazados. Y, por último, lo han hecho durante el confinamiento por la pandemia, acogiendo a decenas de menores.
“Muchos chicos que habíamos rescatado de las calles y reintegrado con sus familias vivían allí. También muchas menores del programa contra la violencia y para salvarlas de la prostitución sobrevivían hacinadas en esas humildes chabolas”, explica Crisafulli. “Más de 600 chicos y chicas que atendemos en nuestros programas lo han perdido todo en Susan Bay, así que necesitamos ayuda urgente para cubrir sus necesidades básicas”. Los misioneros salesianos, que están coordinados con el Gobierno, la Alcaldía y las ONG que también trabajan en Freetown para ayudar a los damnificados, tienen claras las necesidades. “Lo hemos hecho otras veces y también lo vamos a hacer ahora. Vamos a ayudar a los que lo han perdido todo dándoles refugio,ropa, aseo, comida y medicinas, así que necesitaremos ayuda urgente para cientos de menores, para poder cubrir sus necesidades básicas y acogerlos en Don Bosco Fambul”, recalca el misionero salesiano.
Fuente: Misiones Salesianas