Matilde Chelhot de Salem nació en Alepo el 15 de noviembre de 1904. La cómoda condición de su familia no impidió que Matilde tuviera una fuerte vida interior. El 15 de agosto de 1922 se casó con Georges Elias Salem. La alegría de esta unión, sin embargo, pronto se vio empañada por la imposibilidad de ser madre y por la frágil salud del novio. De hecho, el 26 de octubre de 1944 quedó viuda. Podría haber reconstruido una vida: la belleza, la riqueza, el rasgo noble, las amistades distinguidas podrían haberla conquistada. En cambio, fue entonces que descubrió su verdadera vocación: dedicarse totalmente al prójimo con un amor más amplio.
Su familia eran los jóvenes pobres de su ciudad. En colaboración con el arzobispo greco-católico de Alepo, Mons. Isidoro Fattal, se comprometió a llevar a cabo el grandioso proyecto dejado por voluntad de su fallecido esposo Georges, comprometiendo el gran capital que había creado con su exitosa actividad comercial. La "Fundación Georges Salem" confiada a los Hijos de Don Bosco en 1947, será su hogar y su familia a partir de ese momento.
Se enriqueció con diversas experiencias espirituales: Salesiana benefactora, hija de San Francisco de Asís, cofundadora de la Obra del Amor Infinito. En cuanto a la caridad, no hubo institución de beneficencia que no la viera como una simpatizante: Sociedad catequética, conferencias de San Vicente, campamentos de verano para niños pobres y abandonados, Vicepresidenta de la Cruz Roja, de la beneficencia islámica, trabajó a favor de los jóvenes desbandados. ...
El Lunes de Pentecostés de 1959 se vio afectada por el cáncer. En respuesta al diagnóstico de los médicos, un solo comentario: “Gracias, Dios mío”. Fue un vía crucis de 20 meses. Por testamento repartió todos sus bienes a las diversas obras caritativas, tanto que pudo decir: “Me muero en una casa que ya no me pertenece”. Falleció con fama de santidad el 27 de febrero de 1961 a la edad de 56 años. Está enterrada en la iglesia salesiana de Alepo.
La Causa de Beatificación de Matilde Salem se refiere a una laica de Oriente Medio, que tuvo la capacidad evangélica de "ver con el corazón", practicando la humildad de los pequeños, trabajando por la unidad de los cristianos, la santificación de los sacerdotes, la promoción evangélica de muchas obras de caridad en favor de todos los necesitados de cualquier confesión cristiana y de cualquier religión. Fue discípula de Cristo siguiendo el ejemplo de las mujeres del evangelio que fueron atrás de Jesús poniendo sus bienes al servicio del Reino de Dios.
Hoy su testimonio como mujer de paz y reconciliación se hace aún más relevante por la dramática situación que dese hace más de diez años afecta a Siria, su amado país.