Los responsables de la Iglesia Católica “Gizo Registered Trustees”, inauguraron solemnemente la nueva escuela, oficialmente registrada. A la ceremonia asistieron 205 estudiantes, de primero a quinto grado, que se beneficiarán de la escuela, acompañados por sus padres y representantes de la comunidad.
Estos niños pertenecen a diversas comunidades situadas en la zona más afectada por el tsunami de 2007, en el lado occidental de la ciudad de Gizo: Nusabaruku, la aldea de pescadores y otras pequeñas aldeas en las localidades situadas detrás de la aldea de pescadores, que tienen dificultades para llegar a Gizo todos los días en barco.
La nueva escuela está situada en la cima de la colina conocida localmente como “Punto Millonario”, rebautizada con el nombre cristiano de “Nusa-Bosco” - donde "Nusa" en el idioma local significa “Isla”, y “Bosco” se da en homenaje al Santo de los jóvenes.
Si hoy día, cientos de niños tienen acceso a una educación de calidad, es sobre todo gracias a la ayuda ofrecida por la Procura Misionera Salesiana “Don Bosco Mission” de Bonn, Alemania, y la Fundación “Opera Don Bosco” de Milán, que han trabajado en sinergia con amigos y benefactores de la diócesis católica de Gizo y de otros países extranjeros.
También se expresó gratitud a las autoridades locales, que arrendaron a la diócesis el terreno utilizado con fines educativos.
A nivel práctico, la construcción de la escuela fue llevada a cabo por varios exalumnos de las escuelas católicas locales, educados por los numerosos voluntarios italianos que han trabajado durante los últimos 13 años en el programa de reconstrucción de la diócesis de Gizo tras el terremoto y el tsunami.
Las seis aulas y el salón multiuso ya están listos para que los niños asistan, al igual que las tres casas para el personal de la escuela. El proyecto también incluye un sendero cementado para facilitar el acceso a la escuela, evitando que los niños se lesionaran o se hundieran los pies en los pantanos que suelen crearse.
“Estamos agradecidos a Dios por este regalo dado a estos 205 niños, que se sienten unidos en su tarea de convertirse en buenos cristianos de sus respectivas Iglesias y honrados ciudadanos de las Islas Salomón – dijo Mons. Capelli en la ocasión –Probablemente no veamos los frutos de lo que estamos plantando ahora, pero serán los hijos de estos niños los que recibirán los frutos de la educación”.
