Tengo 25 años y vivo en Jaramana, un barrio de las afueras de Damasco que durante la guerra acogió a muchos refugiados (...) recibió miles de disparos de mortero y fue testigo de varias explosiones de coches que causaron cientos de muertes.
Tras una relativa estabilización alcanzada entre 2016 y principios de 2020, la situación económica actual ha empezado a cambiar. La primera razón es la crisis económica del Líbano, (con la congelación por parte de los bancos de todos los ahorros, incluidos los de los ciudadanos sirios). El Líbano es el principal canal de relaciones y comercio entre Siria y el mundo, y la fuente de todas las importaciones.
Inmediatamente vino la pandemia y las restricciones impuestas a la población, lo que significó que una gran parte de la población perdiera su fuente de ingresos durante tres meses, y otra parte perdió totalmente su trabajo.
En 2011 el tipo de cambio entre el dólar estadounidense y la lira siria era de 1 a 45, en las últimas semanas la moneda oscila entre 2.000 y 3.000 liras sirias por dólar y se teme que pueda llegar a 5.000.
El salario mensual promedio es de entre 39 y 62 dólares, pero el costo de vida es de unos 465 dólares. Se estima que una familia de 4 personas consume unos 180 dólares solo para comida.
La gente hoy en día vive en la extrema pobreza. He visto personalmente a algunas personas buscar entre la basura y comer lo que habían encontrado, y no eran personas sin hogar: ¡eran personas hambrientas!
La situación actual está cancelando cualquier esperanza que quede y todos se echan la culpan por no haber salido del país... Era mejor morir en el intento que vivir de esta manera.
Todos están preocupados (...) especialmente después del establecimiento de las nuevas sanciones previstas por la Autoridad de Cesación del Fuego impuesto por los Estados Unidos (que reforzarán las sanciones existentes, impidiendo que nadie haga negocios con las instituciones sirias o participe en la reconstrucción del país).
Las instituciones educativas han tenido que aumentar sus precios en un 100% y las posibilidades de acceso a una educación de calidad son mínimas. Esperamos que se pueda realizar la construcción de la nueva obra salesiana en Jaramana, que incluye también un Centro de Formación Profesional, primeros auxilios, clínicas y oratorio.
Esta es la peor situación que Siria ha presenciado desde el comienzo de la guerra, peor que los bombardeos, secuestros y asesinatos, porque ahora la mayoría de las personas están luchando contra el hambre.
“Ante tanta angustia - concluye el P. Pietro Bianchi, SDB – no hay palabras adecuadas. ¡No apaguemos el foco de atención de esta situación! Nosotros, Salesianos y laicos, renovamos nuestro compromiso de no abandonar a nuestros hermanos que están en la prueba y en la desesperación. ¡Recen por nosotros!"