Y este gesto concreto tuvo lugar el 14 de mayo, cuando el mundo entero se detuvo un momento en el Día Mundial de la Oración, promovido por el Alto Comité de la Fraternidad Humana para pedir al Señor el fin de la pandemia de Covid-19. El Papa Francisco en la Misa del jueves en la capilla de Santa Marta en el Vaticano recordó que también hay otras pandemias que causan millones de muertes, como la pandemia del hambre, de la guerra, de los niños que no tienen acceso a la educación e invitó a pedir a Dios que nos bendiga y que tenga misericordia de nosotros.
La Parroquia San Antonio en Joinville estuvo abierta todo el día para que un miembro de cada familia, o de cada grupo parroquial, pudiera ofrecer al menos una cesta para ser entregada a los más necesitados. Las cestas donadas se colocaron en los bancos de la iglesia, simbolizando la caridad de la Familia en este momento que pide la solidaridad. En el lugar donde las familias se sentaban normalmente para rezar y participar de la liturgia, se colocaron las canastas con necesidades básicas, donadas con mucho amor y afecto.
El P. Renato pensó en alcanzar la cifra de al menos 2.000 canastas, pero los números sobresalieron a las expectativas. “Parecían pequeños hormigueros. Todos los fieles de nuestras parroquias hicieron un gesto de caridad. Desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la tarde, la gente no se detuvo. Lentamente llegaban las personas, después de depositar las cestas, doblando las rodillas ante el Santísimo Sacramento y se retiraban. Cada canasta básica es un gesto de amor”; manifestó el Padre Renato.
“El Santísimo Sacramento fue expuesto durante todo el día. Cada miembro de las diferentes familias que entregaban una canasta rezaba un poco y luego partían. Jesús mirará de cerca nuestro gesto de amor”, concluyó el párroco.