La misión Don Bosco Children and Life Mission (CALM) es la obra salesiana que cuida de los muchachos de la calle. Son 200 chicos a quienes la comunidad salesiana les ofrece un ambiente de paz y serenidad. “Buenos días tío - es el saludo que cada mañana escucha Bartlomiej de labios de los muchachos - Daudi es uno de ellos y tiene 7 años y le ofrece la ‘gacha ugandesa’. Los chicos comen la gacha todo año”.
“El estar con los muchachos es hermoso - nos relata Bartlomiej - Las tardes salimos a cortar la hierba, a limpiar el campo y me he preguntado más de una vez: ¿De verdad nací en Polonia? ¿Quizá esta es mi casa? Porque mi corazón late con un ritmo africano. Cortamos la hierba. Las hojas agudas hieren la piel. Pero nadie se queja, porque sin este trabajo los animales no tienen alimento, menos nosotros”.
“Los muchachos son chicos heridos por la vida. La calle fue el hogar. La calle es una madrastra cruel. Las heridas emocionales han quedado para toda la vida. Las calles ugandesas hacen anónimos a los muchachos. Nadie los conoce. Nadie se acuerda de ellos. La casa Salesiana en Namugongo es una salvación. Muchos exalumnos visitan la casa porque la misión es su única familia”.
“Es Dios que me limpió del polvo y me regaló una vida nueva trabajando en Uganda - nos refiere Bartlomiej - su amor me conmovió y despertó en mi un deseo de ser su discípulo. Es el Amor de Cristo que me hizo ir a África y soy feliz de ser uno de ellos”.