Por el P. Pedro Narambuena, SDB
Allí se recordó que en ese lugar Don Zatti participaba con gusto de las celebraciones y manifestaciones de fe. Allí como parte del Pueblo creyente alimento su fe y para salir al encuentro de Jesús en sus vecinos. Después de la oración salimos a la calle, recordando que Don Zatti fue uno de esos Santos callejeros, que en su bicicleta acortaba distancias para llegar a todos sus vecinos con el auxilio de la medicina, pero sobre todo con la bendición de Dios, que se manifiesta en su alegría y su generosa entrega a todos. En la calle, dos jóvenes nos invitan a la imaginación y a regresar en el tiempo, reconstruyendo el escenario en que Zatti desarrollaba su misión. Cuando abrimos los ojos por la plaza va llegando Don Zatti, con su guardapolvo de enfermero y en bicicleta. Se aproxima un periodista y entabla una interesante entrevista radial. Así nos acercamos algunos aspectos de su vida. Con una hermosa animación musical, y lindas canciones vamos caminando y rezando, como Pueblo peregrino. En la calle vamos haciendo memoria del andar del luminoso testimonio de vida Evangélica del Samaritano de los pobres y enfermos.
Algunos vecinos se van acercando para recordar alguna anécdota y recuerdo de sus familias que compartieron con Zatti. Desde la Catedral peregrinamos hasta la parroquia Don Bosco, unas quince cuadras, donde se encuentran los restos mortales de nuestro querido Beato, el Hermano Coadjutor que por cincuenta años se entregó a Jesús cuidando la vida de su gente. Nos detenemos en el atrio de la parroquia y damos gracias a Dios por este regalo a la Iglesia peregrina, llamada a la Santidad y a manifestar la fe en el servicio a la comunidad. Desde ahí pasamos al gimnasio de la parroquia, donde en el patio nos recibe la banda de la policía de Rio Negro. También alumnos con carteles con frases de Don Zatti, que el Padre Obispo retomo en la homilía. En la Eucaristía con un gimnasio colmado, el Padre Obispo Esteban, nos invitaba a ser Don Zatti, superando la tentación de buscar la más fácil. Ser hoy Don Zatti que con alegría sentido del humor y con paciencia recorramos el camino de la voluntad de Dios, superando la tentación de achicarnos ante las dificultades. Finalizada la Eucaristía, pasamos al patio del colegio para compartir la mesa fraterna. Allí siempre se comparte un momento de alegría, canciones, danzas, chistes y testimonios. Evangelina Martinez, reportera gráfica que estuvo en Angola, nos compartió su testimonio. Desde el colegio a las 15,00 horas nos dirigimos al atrio del templo Don Bosco, junto al altar de Don Zatti, concluimos, con la oración a Don Zatti y la bendición del Padre Obispo Esteban. Zatti servidor de Jesús en los vecinos, sigue siendo un testigo claro de esa santidad de la puerta de al lado que nos dice el Papa Francisco. Don Zatti es un samaritano que abrazó a Jesús en cada pobre, en cada enfermo, en cada anciano que Dios puso en su camino.