El evento contó con la presencia del delegado mundial para la familia salesiana el P. Eusebio Muñoz, SDB, además el superior de la congregación de Centroamérica P. Ángel Prado, su vicario P. Javier Rivas y el delegado de pastoral juvenil P. René Santos. “Por gracias y misericordia estamos hoy aquí para recordar que: Somos un vasto movimiento al servicio de los jóvenes” expresó el P. Javier Rivas en el acto de inauguración y bienvenida.
Los temas fueron sobre las necesidades que tiene los jóvenes hoy. Se presentó un estudio sobre la realidad juvenil de la región y se invitó a Monseñor Mario Quirós, de la diócesis de Cartago, que participó en el Sínodo de los obispos. “La riqueza del Sínodo fue la reflexión sobre las prioridades y las necesidades de los jóvenes” afirmó.
Se dejó un buen tiempo para escuchar a los jóvenes con un foro abierto con muchachos de diversos ámbitos de la vida salesiana. Este fue uno de los momentos más significativos del encuentro, los jóvenes pudieron expresar con claridad su amor por el carisma salesiano y lo que solicitan de la familia salesiana “Don Bosco ya no está, pero para nosotros ustedes son Don Boscos y queremos ser parte, que nos miren, que nos acompañen a veces nos sentimos invisibles y abandonados, sólo dennos un poco de tiempo” dijo uno de los jóvenes en un sincero llamado.
Como actividad final el P. Eusebio Muñoz ofreció una ponencia donde destacó cinco núcleos a tener en cuenta en el trabajo que debe realizar la Familia Salesiana: el trabajo con los laicos, acrecentar el carisma, velar por el crecimiento de la FS y el movimiento Salesiano y el estar juntos, trabajar en sinergia.
El delegado mundial invitó a mejorar el crecimiento de los grupos “Es necesaria la incorporación de jóvenes y una constante renovación de los grupos. Hay que rejuvenecerlos y crecer. Hay que tener cuidado que los grupos no se envejezcan demasiado”.