En uno de los últimos estudios sobre los jóvenes “Iperconnessi” (Hiper conectados) se afirma que hoy en día los usuarios de internet tienden a agregarse en lugares virtuales, creando “Comunidades sociales” propias para discutir sus ideas y experiencias. Personas distantes y desconocidas se encuentran hablando en el mismo lugar, aunque virtual, de la misma pasión o el mismo problema. “En estas comunidades se trata de interrumpir la lógica de la proximidad física y la audiencia de contenidos ya no está determinada por la proximidad territorial ni física”.
El tema de la Jornada Mundial de las Comunicaciones 2019 subraya la “importancia de restituir a la comunicación una perspectiva amplia, fundada sobre la persona; y pone el acento en el valor de la interacción, entendida siempre como diálogo y oportunidad de encuentro con los demás”. El acento es sobre la necesidad de hacer comunidad entendida como “encuentro”, “proximidad”, “cercanía”, conceptos que pueden diluirse en el mundo digital si no se tiene cuidado y uso adecuado.
Por otra parte se pide “una reflexión sobre el estado actual y sobre la naturaleza de las relaciones en Internet, para recomenzar desde la idea de comunidad como red entre las personas en su totalidad”.
Algunas de las tendencias predominantes en el llamado social web nos sitúan de hecho ante una pregunta fundamental: ¿hasta qué punto se puede hablar de verdadera comunidad frente a las lógicas que caracterizan algunas ‘communities’ en las redes sociales?
La elección del tema del Mensaje de 2019 confirma la atención del Papa Francisco hacia los nuevos ambientes comunicativos y la necesidad de referirse a un tema tan actual, tan vigente, de importancia capital para padres y educadores y la necesidad de orientar adecuadamente.
Basta recordar algunas frases: “Pidamos juntos para que las redes sociales no anulen la propia personalidad sino que favorezcan la solidaridad y el respeto”. “Aprovechemos las posibilidades de encuentro y de solidaridad que ofrecen las redes sociales”. “Las redes sociales son capaces de promover las relaciones y el bienestar de la sociedad”. El mundo digital es “un lugar de encuentro, donde se puede acariciar o herir, donde tener un debate fructífero o llegar a la difamación”.
