El Sínodo deseado por el Santo Padre Papa Francisco es un momento para “dar la palabra a los jóvenes” ha manifestado el P. Rossano Sala, secretario especial del Sínodo.
El Instrumentum Laboris, es un documento que se ha estructurado en tres partes: reconocer, interpretar y escoger. El documento tiene informaciones y reflexiones sobre la problemática juvenil, sobre los efectos del mundo digital sobre los individuos, la desilusión ante las instituciones tradicionales, el vivir inmersos en una “cultura de la indecisión", la nostalgia espiritual, entre otros aspectos de las realidades juveniles.
Otro elemento de suma importancia es la nueva forma de interpretar la cuestión vocacional, saliendo de la visión restringida que ha tenido la Iglesia refiriéndose solamente al tema de las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada. Por último, viene la fase determinante del “escoger”, en la que los obispos deben indicar cómo la Iglesia y la Pastoral Juvenil pueden actuar concretamente. El documento insiste en la necesidad de acompañar al joven en la vida cotidiana y en abrir espacios de fraternidad y verdadera comunión en un mundo que decididamente impulsa al aislamiento.
Para Mons. Antonio de Assis Ribeiro, SDB, la realización de un Sínodo que tiene como centro a los jóvenes y esta orientación es fundamental para la Iglesia Católica en la actualidad. “El Papa Francisco nos invita a asumir un compromiso mucho más serio y profundo con los jóvenes. Existe una motivación teológica, no simplemente sociológica. El Papa nos dice que 'Dios es joven', por eso la Iglesia también debe rejuvenecer. Los jóvenes son portadores de características que deben estar presentes en toda comunidad eclesial: el dinamismo, la alegría, el optimismo, la esperanza, la osadía... ¡La Iglesia aprende con los jóvenes!”, considera.
Mons. Antonio, manifiesta categóricamente que el objetivo del Sínodo es “buscar el modo más adecuado para acompañar a los jóvenes en el proceso de evangelización, profundizando la dimensión vocacional como llamado a la felicidad, como don de Dios y como responsabilidad humana”.