Francisco Pescador es un salesiano alegre, sencillo, optimista y muy trabajador. Llegó a Mozambique en diciembre de 2003 y reconoce que “desde el sueño a la fe que ha sido puesta a la prueba, muchas cosas han cambiado en mi vida y en este pueblo”.
“Mozambique sigue siendo uno de los países con un índice de desarrollo humano más bajo, sigue teniendo una esperanza de corta vida. La gente tiene hambre y no tiene acceso a los servicios básicos, esto afecta a más de la mitad de la población”.
Los Salesianos trabajan con niños y jóvenes en el ámbito educativo, demostrando que el Sistema Preventivo continúa aportando esperanza entre los más vulnerables.
Gabito e Isabel, que hoy tienen 18 años, representan un caso significativo en el trabajo de los Salesianos con los menores y jóvenes.
“Gabito e Isabel son mellizos y hace 12 años llegaron a Mozambique. Pidieron un lugar y atención para estos pequeños. Eran huérfanos de padre y acababan de perder a su madre. Los niños eran muy pequeños y el orfanato no acogía a niños. Tenían la barriga hinchada, los pulmones infectados. La situación fue compartida con la comunidad educativa, y la señora cocinera que es Cooperadora Salesiana sugirió dejarlos con una sobrina suya, antigua alumna y muy activa en la parroquia. Preferimos entonces que los dos hermanitos vivieran juntos en integrados en la familia. El ambiente familiar que se respiraba era de amor y exigencia, era lo mejor que se podía ofrecer a estos niños”.
Gabriel e Isabel ya no son niños. Ahora son jóvenes, crecieron acompañados de una familia y de la Comunidad Salesiana.
Gabriel estudió Formación Profesional en el internado Salesiano de Moamba y desea continuar sus estudios. Isabel está finalizando el estudio de educación. “Solo Dios sabe qué serán en el futuro. Lo que sí sabemos es que son felices, han sido educados en un ambiente de familia, han tenido una formación humana y cristiana”, constata Francisco.