El fenómeno del voluntariado ha crecido considerablemente en las últimas décadas, no sólo entre los jóvenes, sino también entre profesionales y jubilados. Pero, ¿qué es realmente el voluntariado?
Es importante recordar que personas de todas las edades realizan actividades sencillas que son sinónimo de voluntariado, como ayudar en albergues para personas sin hogar, entrenar a un equipo deportivo, hacer de guía en un museo o participar en un servicio comunitario para limpiar un barrio. Hoy en día, la mayor parte del voluntariado tiene lugar dentro de una organización o grupo concreto. Su propósito es hacer algo en beneficio de los demás. Estos "otros" pueden ser el conjunto de la sociedad, un grupo concreto de personas o una causa.
Por su propia naturaleza, el voluntariado es un servicio gratuito que se presta voluntariamente para ayudar y apoyar a personas o grupos, por razones filantrópicas, religiosas o personales. Estudios recientes indican también que las generaciones más jóvenes hacen voluntariado por los beneficios que creen que pueden obtener de esta experiencia en su vida personal y profesional. Algunos prefieren servir echando una mano a sus causas favoritas. Algunos prefieren utilizar las habilidades específicas para las que se formaron para apoyar actividades de promoción, mientras que otros se ofrecen como voluntarios para organizaciones que se adaptan a su etapa de la vida.
Por supuesto, el voluntariado no cambiará el mundo. Sin embargo, ofrece a las personas la oportunidad de marcar la diferencia a través del servicio gratuito. Los voluntarios dedican su tiempo, energía y dones personales movidos por un deseo genuino de marcar la diferencia y crear un futuro mejor para todos. Por lo tanto, los voluntarios desempeñan un papel clave en la promoción de un cambio positivo en el mundo que les rodea.
El voluntariado tiene un coste. Los voluntarios aportan su tiempo, sus dones y a veces incluso sus recursos personales. Es "una petición exigente" que "interrumpe la vida cotidiana ordinaria". A veces los voluntarios "dan" tanto de sí mismos que se estresan, se "queman", se agotan y se sienten abrumados. Sin embargo, el voluntariado es una vía de doble sentido. Prestar un servicio gratuito tiene un impacto profundo y duradero no sólo a quienes lo prestan, sino también en los propios voluntarios.
El voluntariado ofrece excelentes oportunidades para aprender algo nuevo. Adquieren una mentalidad más amplia y aumentan su flexibilidad, resiliencia, confianza en sí mismos, sensibilidad intercultural, desarrollo de la empatía, compasión y sensibilidad ante los problemas sociales. A algunos jóvenes, el voluntariado les proporciona el ideal a alcanzar, les da más entusiasmo por vivir y les aclara y refuerza su orientación hacia una determinada carrera profesional.
El voluntariado de inspiración cristiana nace de la convicción de que la persona humana es "imagen y semejanza" de Dios, que se reveló en Jesucristo entrando libre y humildemente en la historia, y enseña la caridad como principio de la relación entre Dios y la humanidad y entre las personas. Ofrece a cada discípulo misionero la oportunidad de vivir la llamada evangélica al servicio en la vida cotidiana y no sólo en situaciones de emergencia.
El voluntariado es una manera de vivir concretamente un principio clave de la doctrina social católica: la solidaridad. La solidaridad es la convicción de que la Caridad implica preocuparse por todos, especialmente por los pobres. Como una familia humana de hijos de Dios, seguimos trabajando juntos para crear estructuras sociales y económicas que permitan a todos tener la misma dignidad y, al mismo tiempo, conduzcan a la curación y la conversión, independientemente de nuestro origen étnico, económico, ideológico y religioso.
El Papa Benedicto XVI subrayó que el voluntariado es una experiencia personal del amor generoso de Dios en Jesucristo, que nos desafía a servir a nuestros hermanos y hermanas con la misma actitud. "El voluntariado católico no puede responder a todas estas necesidades, pero eso no nos desanima. Lo poco que logramos hacer para aliviar las necesidades humanas puede ser visto como una buena semilla que crecerá y dará mucho fruto; es un signo de la presencia y del amor de Cristo que, como el árbol del Evangelio, crece para dar cobijo, protección y fortaleza a todos los que lo requieren". (Discurso en el encuentro promovido por "COR UNUM" 11 Nov 2011).
Don Bosco promovió diversas formas de voluntariado entre sus muchachos del Oratorio de Valdocco. Uno de los ejemplos más llamativos se produjo durante la epidemia de cólera que asoló Turín del 1 de agosto al 21 de noviembre de 1854, matando a 1.400 personas. Sin embargo, ninguno de los chicos del Oratorio enviados por Don Bosco para atender a las víctimas del cólera se contagió. Hoy este ejemplo continúa a través del "Voluntariado Misionero Salesiano" como servicio de solidaridad, prestado gratuitamente por un joven (17-35 años), motivado por la fe, enviado y acogido por una comunidad, con un estilo misionero y según la pedagogía y la espiritualidad de Don Bosco. ¡Invita a los jóvenes a hacer algo significativo para Dios a través del VMS!
Para reflexionar y compartir:
- ¿Me ofrezco voluntariamente para servir a los demás?
- ¿Qué sé sobre el Voluntariado Misionero Salesiano?
