El Día Mundial del SIDA tuvo su origen en 1988, durante la Cumbre Mundial de Ministros de Salud sobre programas de prevención del SIDA. Desde entonces, cada año, las agencias de las Naciones Unidas, los gobiernos y la sociedad civil se unen para llevar a cabo una campaña sobre temas específicos relacionados con el SIDA.
Este año, el tema elegido es "Dejen que las comunidades lideren", recordando que las comunidades conectan a las personas, generan confianza, innovan y supervisan la implementación efectiva de políticas y servicios. Sin embargo, se teme que las comunidades se vean obstaculizadas en su respuesta debido a la falta de fondos, obstáculos políticos y normativos, limitaciones de capacidad y represión de la sociedad civil y de los derechos humanos de las comunidades marginadas. El objetivo es eliminar estos obstáculos para permitir que las comunidades avancen en la prevención y el tratamiento del VIH/SIDA.
Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA), declaró: "El fin del SIDA es posible, está a nuestro alcance. Pero para seguir el camino que llevará al fin del SIDA, el mundo debe dejarse guiar por las comunidades".
Por su parte, los misioneros salesianos administran en todo el mundo más de ciento cincuenta dispensarios médicos y hospitales, atendiendo una amplia gama de necesidades de salud, principalmente en áreas rurales. Los programas de prevención y pruebas de VIH/SIDA son componentes vitales de las iniciativas de salud salesianas en Asia y África.
"Nuestro objetivo es servir a la persona en su totalidad, asegurándonos de que se satisfagan las necesidades básicas, como la salud y la nutrición, además de otras necesidades de servicio social", explica el Padre Timothy Ploch, Director interino de "Salesian Missions". Los programas médicos, especialmente aquellos centrados en el tratamiento del VIH/SIDA, garantizan que aquellos que viven en la pobreza tengan acceso a la atención médica que necesitan, incluso cuando no pueden pagarla".
Entre los programas llevados a cabo por los salesianos en favor de las personas afectadas por el SIDA, vale la pena destacar el relacionado con "Don Bosco Care Home" en la aldea Nilavarapatti, en India. Esta casa de cuidado ha estado trabajando durante casi una década para concientizar sobre el VIH/SIDA y mejorar la atención médica de los niños infectados. Los salesianos brindan asistencia médica, educación, actividades recreativas, promueven el pensamiento positivo y trabajan para romper el estigma social. El número de jóvenes atendidos ha pasado de setenta y tres en 2019 a los actuales ochenta y tres niños. Como resultado, los salesianos necesitaban ampliar las instalaciones de vivienda y los baños. Así que construyeron una sala comunitaria multifuncional con un dormitorio y un bloque de servicios adicionales.
En Sierra Leona, el "Don Bosco Fambul", una de las principales organizaciones de asistencia a la infancia, ofrece desde hace seis años el programa "Girls Shelter GO+" para apoyar a las niñas que han sido obligadas a prostituirse y a las jóvenes que han sido abusadas. Muchas chicas han sido infectadas con enfermedades de transmisión sexual, como el VIH, y necesitan atención médica. "Don Bosco Fambul" les brinda refugio, apoyo y educación. Para muchas de ellas, el programa ha sido la oportunidad de comenzar una nueva vida y acceder a la educación.
En Uganda, por otro lado, los misioneros salesianos gestionan el "Don Bosco CALM", ubicado en la ciudad de Namugongo, al noreste de Kampala. Esta organización rescata, rehabilita y reintegra a la sociedad a niños de la calle, a menudo huérfanos, maltratados y descuidados, incluidos aquellos afectados por el VIH/SIDA. Actualmente, la organización tiene a su cargo a ciento sesenta y cinco niños. Todos los niños están escolarizados y algunos asisten a la escuela primaria "Don Bosco", las escuelas secundarias salesianas y los institutos de formación profesional. Son jóvenes como Peter, que, siendo huérfano, pasó siete años de su vida en la calle. Acogido por los salesianos del "Don Bosco CALM", Peter es ahora un joven alegre que asiste a la escuela secundaria y muestra una sonrisa agradecida por este camino.
