El informe muestra que, a pesar de los esfuerzos globales, el mundo no consigue alcanzar la igualdad de género y que la brecha de género, especialmente en los puestos de poder y liderazgo, sigue estando muy arraigada. Al ritmo actual de progreso, la próxima generación de mujeres dedicará una media de 2,3 horas más al día que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
El informe de este año se centra especialmente en las mujeres mayores, que se enfrentan a mayores índices de pobreza y violencia que los hombres mayores. Por primera vez, el informe también examinó la correlación entre género y clima. El informe indicaba que, en el peor de los casos, el cambio climático podría empujar hasta 158,3 millones más de mujeres y niñas a la pobreza (16 millones más que el número total de hombres y niños).
Sarah Hendriks, Directora Ejecutiva Adjunta en funciones de ONU Mujeres, declaró: "En este punto medio crítico para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el informe de este año es un fuerte llamamiento a la acción. Debemos actuar colectiva e intencionadamente, ahora, para corregir el rumbo hacia un mundo en el que todas las mujeres y niñas tengan los mismos derechos, oportunidades y representación. Para lograrlo, necesitamos un compromiso constante, soluciones innovadoras y la colaboración de todos los sectores y partes interesadas".
Un compromiso constante es, sin duda, el de los Salesianos que, en todos los países en los que operan, se centran en lograr la equidad de género a través de programas dirigidos específicamente a mujeres jóvenes y niñas. Como explica el Director en funciones de la Procura de Salesian Missions de New Rochelle, Padre Timothy Ploch, todos los proyectos tienen como objetivo ayudar a las mujeres a estudiar, graduarse, encontrar trabajo y lograr la autosuficiencia. También se incluyen servicios de nutrición y salud.
Estos programas son diferentes entre sí, pero todos están dirigidos a mujeres que viven en situaciones precarias y con el objetivo de darles un futuro seguro y estable. En Burkina Faso, por ejemplo, las mujeres del Centro de Formación Profesional Femenina de Uagadugú pueden asistir a cursos de sastrería, dibujo, peluquería, secretariado, informática, etc.
En Ecuador, en cambio, los proyectos se centran en los procesos artesanales y la gestión empresarial. Es el caso del programa "Bosco Global", financiado por el Cabildo de Gran Canaria, que ayuda a ochenta mujeres indígenas del país a desarrollar su talento en el campo de la artesanía.
En Filipinas, encontramos un programa dirigido a las alumnas del Instituto Don Bosco de Canlubang, que podrán hacer realidad su sueño de convertirse en electrotécnicas cualificadas gracias a las becas concedidas por la Manila Electric Co. (Meralco), en el marco de un programa de inclusión de género.
Por último, el programa "Stitch Ahead" del Instituto Salesiano de Proyectos Juveniles, con sede en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), permitió recientemente que quince mujeres se graduaran en un curso de costura de tres meses de duración.
Todos estos proyectos se esfuerzan por empoderar a las jóvenes ofreciéndoles oportunidades de educación y formación que conduzcan a un empleo digno y un salario estable.
