La lista de sus publicaciones no dejó de desarrollarse en los años siguientes, prácticamente hasta su muerte. En los 37 volúmenes de las Opere Edite, publicadas por LAS entre 1977 y 1987, hay nada menos que 219 títulos, entre biografías, textos de historia, manuales de oración, textos legales y reglamentos, hagiografías, catecismos y relatos edificantes. La mayoría de estos escritos siguen siendo desconocidos para la familia espiritual de la que procedía.
Fue un escritor y editor generoso, con una visión polifacética de la comunicación, incluso en su época. Había creado una red formada por un movimiento de personas - salesianos, laicos, amigos - con un objetivo: hacer el bien y dar visibilidad al bien.
Su proceso creativo era extraordinario. De una idea nació una carta; de una carta, un libro; de un libro, una colección editorial, hasta la creación de una editorial y la publicación del Boletín Salesiano. En un círculo virtuoso, del Boletín Salesiano surgió una red de relaciones entre personas.
¡Su mente brillante tenía el superpoder de la agregación!
Escribía pensando en crear una red de lectores. Educó, implicando a amigos, hermanos y educadores; de un pequeño grupo nació la Congregación Salesiana. Fue el comunicador que siguió con pasión la dinámica evangélica de la semilla que cae en tierra buena.
¡Pensaba a lo grande!
Don Bosco escribió una canción y quería un coro para interpretarla. Luego quiso una orquesta. Así que el Oratorio se enriqueció con un teatro y cobró vida con música, liturgia y juegos en una red continua de acción y participación.
Cada red de comunicación partía de un impulso interior: un sueño, una pasión, un propósito. Su sistema de comunicación era un verdadero caleidoscopio. Un mosaico de colores y diseños. Cada gesto suyo iba dirigido a implicar a sus jóvenes, a promover su protagonismo y crecimiento para gloria de Dios y gracias al impulso de María Auxiliadora.
El Boletín Salesiano de hoy debe ser la expresión de una revista que activa una red. Debe ser un canal de información mundial, una revista para crear vínculos, para mostrar el bien que los Salesianos hacen por los jóvenes pobres del mundo, para expresar la fuerza y la belleza del amor.
¡Somos Don Bosco comunicando!
Nos toca a cada uno de nosotros, en cada Inspectoría, ser creativos, valientes, decididos a hacer del Boletín Salesiano una revista en red, que exprese la vitalidad y la actualidad del carisma salesiano.
La sociedad actual está experimentando grandes cambios sociales y culturales, y está formada por personas con un corazón que desea amar, que buscan un sentido a su vida y creen en la grandeza de la caridad, al servicio de los más pobres.
¿Cómo podemos seguir publicando hoy un Boletín Salesiano relevante y significativo? ¿Cómo escribir el Boletín Salesiano en un lenguaje atractivo, nuevo, que toque la imaginación y el corazón de las personas? ¿Cómo promover el valor carismático del Boletín Salesiano en nuestras inspectorías? ¿Cómo aumentar la calidad y el número de las publicaciones del Boletín Salesiano? ¿Cómo hacer que el Boletín Salesiano sea autosostenible? ¿En qué debe convertirse nuestra revista en la era digital y de la inteligencia artificial? ¿Cómo hacer del Boletín Salesiano una revista en línea con el camino de la Congregación Salesiana y de la Iglesia?
Partiendo de la realidad cultural de cada Inspectoría, debemos seguir manteniendo un canal que divulgue las obras positivas que realiza la Familia Salesiana en el mundo. Para ello, es muy importante renovar en cada Inspectoría las líneas educativas, pastorales y económicas del Boletín y trabajar en sintonía con el Inspector, su Consejo, la pastoral juvenil, la misión, la formación y la vocación de la Familia Salesiana.
Es imprescindible continuar la gestión desde un equipo que planifique, implemente y haga llegar el Boletín a todas las obras salesianas, implicando a los laicos en todos estos procesos.
Debemos perseguir la calidad de los artículos, la creatividad en la redacción de los textos con un lenguaje sencillo y atractivo, la presentación de historias interesantes a partir de experiencias concretas, el uso de imágenes que tengan poder evocador.
Trabajar en red significa crear asociaciones con nuestras editoriales, emisoras de radio, nuestros sitios institucionales, nuestras redes sociales, para que el logotipo del Boletín Salesiano sea reconocible y portador de un valor específico.
El protagonismo de los jóvenes es una expresión de nuestro modo de educar y evangelizar. Los jóvenes conocen el lenguaje y la forma de comunicarse en el mundo digital. El Boletín debe ser un espacio para expresar sus sueños, su fe y su compromiso en el mundo de hoy.
La gestión del Boletín, desde su creación hasta su distribución, es fundamental. Debemos tener valor e iniciativa para implicar a los líderes de la comunidad, la escuela y la parroquia para que participen en la difusión.
Por último, debemos crear un puente entre la versión en papel y la digital, y hacer que sus contenidos lleguen a las Redes Sociales, de forma actualizada, dinámica, constante y creativa.
¡Don Bosco hoy somos cada uno de nosotros!
Tenemos un padre, un fundador, un santo y un comunicador.
En un mundo cambiante, nos corresponde a cada uno de nosotros continuar con esta importante misión de dar identidad, profesionalidad, calidad y actualidad a nuestro Boletín. Al mismo tiempo, es muy importante que todos mantengamos su dimensión carismática y colaboremos con el Rector Mayor, Sucesor de Don Bosco, para que el Boletín siga siendo un cauce importante y significativo al servicio de la misión salesiana.