¿Cómo nace su vocación?
Soy hijo de padres campesinos en Brescia. Perdí a mi padre a la edad de 7 años en un trágico suceso. De niño asistí a los ambientes Salesianos en S. Bernardino y vi a los aspirantes, eran unos muchachos que deseaban ser Salesianos. Yo he conocido a los salesianos el año 1964. Los salesianos llevaban a los muchachos todos los jueves de paseo, y pasaban cerca de mí casa, yo los veía muy contentos junto a los sacerdotes salesianos y lógicamente, yo me sentía muy contento porque me daban caramelos.
¿Y cómo decide ser misionero?
A los 35 años de edad, soñaba con pasar mi vida en medio de los pobres. Pedí hacerme misionero y me dieron el permiso. Ahora soy el párroco de 15.000 almas en la Parroquia de San José a 2.750 m de altura en el valle de Huaylas.
¿Cuál es la misión que desempeña en las comunidades misioneras?
Tengo 30 comunidades dispersas al lado de la Cordillera Blanca y negra. Algunas comunidades viven a 3.400 m de altura. El espectáculo es impresionante cuando el cielo está despejado, pero el espectáculo más emocionante son los campesinos, las campesinas, inclinados sobre la tierra, en la lucha perenne para arrebatar las necesidades de la vida.
¿Cuál es su principal misión?
Mi trabajo consiste en llevar la fe a los jóvenes y a la gente. La cultura está cambiando rápidamente. Los jóvenes sueñan con estudiar en Lima (Capital). En la Sierra se quedan los pobres, los niños, y a ellos les ofrecemos el Oratorio que sigue las huellas de Don Bosco y les recuerda que lo más importante en la vida es: "salvar sus almas ayudando a los pobres."