¿Por qué decidiste a hacer una experiencia de voluntariado internacional?
Desde pequeña cuando veía los documentales los domingos por la mañana sobre África y América Latina me quedaba muy atenta, a ver qué pasaba. Creo que la inquietud por los países empobrecidos siempre ha estado en mí. Tenía mucha curiosidad de conocer lo que pasaba en la África Central, cómo vivía la gente, cuál era su cultura, sus valores, su forma de vida, y sus problemas.
¿Con qué expectativas ibas? ¿Qué esperabas encontrar?
Pues la verdad, expectativa no tenía, me quería dejar sorprender. Un país peligroso, con un nivel muy alto de enfermedades y con muy poca atención sanitaria. La verdad da bastante respeto, pero aun así la inquietud era mucho más fuerte que todos esos miedos, y allí que fui.
¿Qué trabajo estuviste realizando en Ebolowa, Camerún?
Nuestro trabajo en la prisión consistía en atender las necesidades de los presos, hablábamos con ellos con la excusa del programa de juegos deportivos y además distribuía medicamentos según sus enfermedades. Después de muchas conversaciones conseguimos organizarnos con el equipo médico para dar respuesta a las necesidades de los presos. Ellos viven en condiciones muy insalubres, hacinados en las celdas.
En la Escuela de Verano del Colegio salesiano de Ebolowa impartía clases de español, actividades formativas y repasar distintas asignaturas.
En la Radio comunitaria tienen un programa educativo español-francés en el que participé preparando y haciendo la locución del Programa
He participado también en la formación de animadores e impartí un Curso de primeros auxilios con unos 20 animadores y hablando todo en francés.
¿Qué aprendizaje te llevas?
He aprendido también a conocer más lo que hay en mi interior, en mi “yo” profundo cómo reacciona ante la realidad que ves cada día de pobreza extrema y de vidas tan complejas. El corazón del ser humano es increíble puede hacer la mayor de las atrocidades o el proyecto de amor más inmenso.
Fuente: http://www.solidaridaddonbosco.org/