El religioso cree que la expectación generada explica “la participación multitudinaria en todos los momentos en los que el Papa ha estado, desde la bienvenida el martes por la tarde en el aeropuerto y en la ciudad, pasando por la Eucaristía del miércoles en las que se calcula la presencia de unos 2 millones de participantes. El encuentro con los jóvenes que abarrotó el estadio más grande del país”.
“El encuentro que el Papa tuvo con los consagrados –añade el misionero salesiano– ha sido junto a los sacerdotes y seminaristas del país. Francisco nos ha animado a seguir con audacia hacia adelante, sabiendo que la situación en el país es un desafío. Para poder resistir con fidelidad nos ha recomendado la solidez de nuestra vida espiritual y nuestra voluntad de no acomodarnos, sino de estar al lado de los más pobres y de alimentar su esperanza mirando a Jesucristo. Hemos sido miles los participantes entre obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, consagrados y consagradas. Verdaderamente un mensaje que merece ser releído y meditado para transformar en vida sus propuestas de una vida radical y misionera”.
En referencia a la actual situación de la República del Congo, expone que “todos sabemos que el país ha vivido desde hace tiempo momentos muy convulsos. El Cardenal no ha dejado de decirlo al Papa al concluir la misa de este miércoles. Habló de “conflictos armados, de inestabilidad económica, tensiones sociales y la realidad es que la pobreza crece, tanto en los medios rurales como en los urbanos. El poder adquisitivo de las familias cae en picada y el problema de las bandas de delincuentes se vuelve preocupante en muchos lugares. De todos modos vivimos con la esperanza de que todas estas situaciones dolorosas puedan ir dando paso a una sociedad más justa y solidaria”.
La posibilidad de cambiar la sociedad en la que se encuentran está en la educación, señala como buen salesiano, afirmando que “si las nuevas generaciones de congoleños logran salir por medio de procesos educativos bien planteados, de la tendencia a la corrupción y el intercambio de favores, podremos esperar un Congo diferente. Ellos, los jóvenes, que se desmarcarán de conductas que conducen nuestra sociedad a su destrucción, serán los que le den la vuelta la tortilla y logren que arreglemos en nuestro mundo valores como la fraternidad, la honestidad y la solidaridad”.
Por último destaca la importancia de la fe en el día a día y en la Congregación el día de hoy, defendiendo que “la fe es el punto de partida de todo lo que vivimos y hacemos. La razón de la misión es dar una respuesta de fe a la invitación que Dios nos hace para colaborar con Él. Esta es la misión. Nuestra congregación salesiana va evolucionando con mucha serenidad y optimismo, sobre todo en zonas como las nuestras donde yo estoy viviendo ahora, porque aquí gracias a Dios hay un crecimiento muy alentador de las vocaciones”. Y concluye indicando que “cada año bastantes jóvenes congoleños llaman a nuestras puertas para comprometer sus energías en esta causa y nuestras comunidades cuentan con bastantes hermanos jóvenes”.
Fuente: COPE