¿Quién es Don Bosco para Ud.?
Para mí Don Bosco es este niño pobre y huérfano que supo escuchar lo que Dios le decía a través de las personas y de los acontecimientos de su vida; y lo escuchó tan bien que hoy lo veneramos como el Padre de la Juventud.
Para mí Don Bosco es el joven que al final logró ir a estudiar a Chieri, aunque siempre con pocos recursos y no sin humillaciones, pero que sin embargo supo ganarse el corazón de la gente de Chieri y establecer amistades que duraron durante toda su vida. Para mí Don Bosco es el joven sacerdote que supo tomar una decisión nada fácil, entre las chicas de la Marquesa Barolo o sus jóvenes.
Para mí Don Bosco es el sacerdote que supo confiarse a la guía y dirección de Cafasso, como ya lo había hecho con el buen Don Calosso, y que seguirá haciendo lo mismo con sus otros confesores y directores espirituales. Para mí Don Bosco es el sacerdote que, a pesar de una educación y formación muy diferente, inventó el Sistema Preventivo, fruto maravilloso del Espíritu de Dios y un don para la Iglesia y para la sociedad...
¿Cómo lo conoció?
Crecí en una parroquia salesiana, donde un joven sacerdote de la congregación, que aún vive, estaba siempre con nosotros los monaguillos. De él escuchamos las historias de Don Bosco, Domingo Savio y Michele Magone.
¿Por qué decidió hacerse salesiano?
Parecía normal. No era mi primera intención, quería ser de ayuda para mi familia, siendo el hijo mayor. Pero el padre Mathew sabía cómo hacer la invitación y le dije que sí. Es cierto que la pregunta era “Do you want to be a priest?” (¿Quieres ser sacerdote?). O tal vez era aún más simple: "¿Quieres ir a Lonavla", el aspirantado. Habló con mis padres, quienes le dieron el asentimiento, lo que ciertamente no fue fácil para ellos. Fue un acto de fe de su parte, soy consciente de ello.
¿Cuál fue su itinerario vocacional?
La Escuela apostólica en Lonavla, prenoviciado en Pune, mientras hicimos el primer año de universidad, luego noviciado con otros 52 en Yercaud, en el sur de India, un noviciado interispectorial. Después llegó la sorprendente invitación del joven Inspector para “hacer filosofía” no en el posnoviciado de Yercaud, sino en Pune, frecuentando el centro de estudios dirigido por los jesuitas “Jnana Deepa”.
Cuatro años de filosofía -bachillerato y licenciatura- residiendo en el “Centro Juvenil Don Bosco” en Koregaon Park, junto a otros jóvenes salesianos que cursaban la universidad; dos años de formación como asistente de los postnovicios, también en la casa de Koregaon Park, porque mientras tanto la Inspectoría había iniciado su propio postnoviciado; un año de tirocinio con niños de la calle en el “Bosco Boys Home” en Borivli-Mumbai y a continuación la profesión perpetua; cuatro años de estudios de teología en el "Kristu Jyoti College" de Bangalore, en el sur de la India; y finalmente la ordenación sacerdotal, en Goa.
¿Hubo alguna persona que fue un nuevo "Don Bosco" para Ud.?
Admiré mucho al joven Inspector que supo infundir entusiasmo a los jóvenes salesianos. Aprendí mucho de varios de nuestros formadores. Y luego hubo uno, mucho más tarde, que todavía admiro por su capacidad para entablar relaciones con todos, pero especialmente con los jóvenes, su paternidad, su capacidad para confiar en las personas. Ha tocado a muchas personas, no sólo en la Congregación sino también en la Familia Salesiana.
¿Cuáles son las características de Don Bosco que más admira?
Su fe en Dios, su capacidad de amar a los jóvenes, de creer en ellos, de tener mucha paciencia con ellos... Para mí, la lectura que se encuentra en el Oficio de su fiesta en la Iglesia universal es algo que me ha acompañado desde el tirocinio, donde el encargado me lo había sugerido. Una cosa maravillosa y para mí la expresión más hermosa es su Sistema Preventivo. Me impresiona pensar que un hombre bastante conservador, en una época en la que la razón parecía triunfar sobre la religión, escogiera la razón como uno de los pilares de su sistema educativo. Y es maravillosa la manera en que se mantienen unidos los tres elementos del sistema: el amor preventivo de Dios en el corazón de todo, la bondad (la MAKROTIMIA de 1 Cor 13,1), y la sensatez, que hoy se declina fácilmente como escucha, diálogo y sinodalidad.
¿Cree que los jóvenes todavía pueden encontrar inspiración en Don Bosco?
Muchísimo. Incluso en ambientes no cristianos. Cuando la urna de Don Bosco llegó a Nashik, India, tuve que contarle la historia de Don Bosco a un joven periodista hindú. Lo hice en términos muy simples. “Era un niño pobre que sabía cómo hacer un regalo maravilloso de su vida en favor de otros jóvenes pobres, en un momento en que Italia estaba sufriendo las consecuencias de la revolución industrial”. Incluso con el joven polaco que encontré ayer en el avión y que quería conocer la "filosofía" de Don Bosco. Sin olvidar además al joven de la calle -él también no cristiano- que me dijo lo mismo: "Don Bosco era un joven como nosotros, y luego se convirtió en nuestro padre". Siempre conmovedor.
¿Cómo pueden ser los salesianos un nuevo Don Bosco para los jóvenes?
Orando pidiendo una fe como la suya, un amor muy claro y muy grande por los jóvenes que realmente nos necesitan, y siguiendo el sistema preventivo. Eso es todo.
¿Y cómo inspira Don Bosco su trabajo como Consejero para la Formación?
¡Hemos descubierto que su Sistema Preventivo debe ser nuestro estilo de formación! Estoy muy feliz de que el brevísimo 28º Capítulo General haya encontrado la manera de afirmar esto, y que el Rector Mayor lo haya propuesto a la Congregación con su autoridad. Esperamos tantísimo poder inculcar esta convicción y este estilo en la Ratio revisada. Es maravilloso que encontremos un enorme aliento en esta dirección por parte del Papa Francisco, en su hermosa carta al Capítulo, pero también en muchas de sus intervenciones, oficiales y de otro tipo.
Si pudieras conocer a Don Bosco, ¿qué te gustaría decirle o preguntarle?
Don Bosco, tú, con tu formación así 'estrecha', ¿cómo llegaste a tu maravilloso sistema educativo?”. Y creo que me diría que la formación no se puede identificar sólo con momentos formales, con el seminario de Chieri en su caso, sino con toda la vida, con las personas que Dios nos pone en el camino: con una Mamá Margarita, pero también con una familia no siempre ideal; con un don Calosso que estaba en Morialdo porque lo habían alejado de otros centros; con un Don Cottino casi desconocido... y con los acontecimientos de la vida y de la historia. En todo esto, Dios Padre nos va moldeando maravillosamente, por medio del Espíritu, a imagen del Hijo. Y creo que sólo podemos pedirle a Don Bosco que rece por nosotros, que podamos ser fieles, creativos, llenos de esperanza y de amor... y también un poco locos.