"El tema general surge del Aguinaldo de este año dirigido a toda la Familia Salesiana: ‘Anclados en la esperanza, peregrinos con los jóvenes’, que a su vez está en sintonía con el gran evento de la Iglesia universal del Jubileo ordinario de 2025", introdujo el rector de la Basílica, padre Michele Viviano, al iniciar la velada.
"Queremos ser ‘peregrinos de esperanza con los jóvenes’, teniendo como modelo a Don Bosco, reflexionando sobre tres aspectos fundamentales de su vida actualizados en el presente: su dimensión religiosa, pedagógica y social", agregó, antes de dar la palabra al moderador de la noche, padre Luca Ramello, presidente nacional de la Asociación NOI Oratori & Circoli, quien durante once años fue responsable de la pastoral juvenil en la arquidiócesis de Turín.
El moderador, después de saludar a los numerosos fieles e interesados que llenaban las filas de la iglesia, dio la palabra al invitado de la noche, el profesor Luigi Maria Epicoco, joven presbítero, reconocido escritor y conferencista, quien profundizó en el tema: "Don Bosco y su dimensión religiosa en el presente".
En su reflexión, el ponente destacó el compromiso apostólico y social del Santo de los Jóvenes, enmarcándolo en su vocación de transmitir a Dios:
"Cuando uno se acerca a Don Bosco, surge una gran pregunta: ¿Por qué Don Bosco se acerca a los pobres, a los jóvenes abandonados, a estos jovencísimos? ¿Qué quiere darles? ¿Solo un poco de estudio, un oficio, un sueldo, un pedazo de pan, una merienda? Este tipo de caridad es demasiado poco para Don Bosco, que cualquiera podría ofrecer. La pasión de Don Bosco es mucho más profunda: este hombre quería dar a sus jóvenes a Cristo, un fundamento estable sobre el cual construir la vida, el sentido, lo esencial, lo que más importa", explicó el sacerdote al inicio.
Posteriormente, con ejemplos brillantes y muy pertinentes a la vida cotidiana y a su experiencia, el padre Epicoco delineó la dimensión religiosa de Don Bosco a través de los célebres "tres amores blancos" que caracterizaron su vida: el amor a la eucaristía, a la Virgen María y al papa.
Para concluir su intervención, el ponente subrayó que "la dimensión religiosa es lo que da coherencia a la vida misma. Sin esta dimensión, solo somos la suma de nuestras experiencias". Don Bosco, afirmó, vivió su vida desde esta perspectiva y generó hombres y mujeres capaces de perpetuar esta visión de la vida. Por eso, concluyó, "la mejor manera de rendir homenaje a Don Bosco y manifestar devoción hacia él es continuar generando personas tal como él nos enseñó".
La noche de reflexiones y profundización estuvo enmarcada por la interpretación musical y la oración cantada, a cargo de los jóvenes del Instituto Teológico de Turín-Crocetta. A pesar del delicado e intenso período de exámenes, entonaron dos cantos: al inicio, "Il cuore parla al cuore", del maestro y director del coro de la Basílica de María Auxiliadora, padre Maurizio Palazzo, y al final, "Sapientiam dedit illi", del misionero y obispo salesiano monseñor Luis Lasagna, fundador de las obras salesianas en Brasil y Uruguay, y anteriormente también maestro de la Basílica salesiana de Turín.