¿Qué te impulsó a ser salesiano?
Tomé la decisión después de la graduación del instituto. Algunos salesianos eran amigos de mis padres, eran gente alegre, espontánea, inteligente, feliz... Cuando decidí ser sacerdote quise ser sacerdote salesiano, porque quería que mi vida fuera alegre.
La alegría de ser Salesiano viene de estar junto a los niños y los jóvenes, dándoles la esperanza de una vida buena y digna. Y esta alegría y optimismo están enraizados en Dios, que es el fundamento profundo de la vida Salesiana, y también surge del encuentro con la gente.
¿Qué aporta la experiencia del GC28?
En primer lugar, he visto la grandeza de nuestra Congregación y tanta diversidad cultural. Además, me gustó mucho el tema: "¿Qué Salesianos para los jóvenes de hoy?". El tema es oportuno, trata de la realidad de los jóvenes y de la respuesta que debemos darles... Necesitamos un discernimiento hecho en conjunto, con una mirada de fe y con el coraje de caminar por los caminos de Dios.
Considero que la CG28 es muy importante para nuestra vida y misión: debemos dar continuidad al carisma salesiano en el mundo de hoy y llevar el amor de Don Bosco a los jóvenes más pobres y necesitados.
En estas semanas marcadas por las restricciones para el Covid-19, ¿qué ha podido conocer en este nuevo servicio?
La pandemia de Covid-19 fue sorprendente... Nos permitió comprender cada vez más la fragilidad de la vida humana y aunque nos limitó físicamente, no disminuyó nuestro amor por los jóvenes y las personas. Descubrimos el gran valor de estar y trabajar juntos, he visto la gran creatividad de mis hermanos salesianos y no faltó el optimismo, la esperanza, el coraje de querer ayudar a los demás.
Creo que siempre hay necesidad de Salesianos que se dediquen enteramente al bien de la gente y especialmente al bien de los jóvenes más pobres.
Dentro de seis años, ¿ qué sueña para su región?
Ante todo necesitamos una gran fe en la Providencia que nos ayude a ver la realidad con ojos llenos de esperanza, para poder permanecer fieles a nuestro carisma salesiano. Como en tiempos de Don Bosco, también en el mundo de hoy es necesario que los Salesianos, junto con la Familia Salesiana y los laicos, sean capaces de responder a los nuevos desafíos, mirando los "signos de los tiempos". Seguramente necesitamos coraje y determinación para llevar la Buena Nueva a la gente en Europa, pero siempre teniendo la voluntad de llevarla a otros continentes. Durante estos años continuará el cambio de estructuras, pero lo que es más importante es la fidelidad al carisma salesiano, trabajando con y para los jóvenes.
