¿Cuál fue la experiencia que lo cautivo Don Bosco?
Cuando asistía a la Escuela Secundaria Clásica, en China continental, leí la vida de Don Bosco en el libro titulado: “Un gran hombre del siglo XIX”. Lo leí y me sentí siempre atraído por Don Bosco. Me dije a mí mismo: “Este hombre será el guía de mi vida”. Y sí, toda mi vida Don Bosco ha sido mi guía espiritual.
¿Qué elemento especial aporta a su vida pastoral la vocación de Salesiano Cooperador?
Don Bosco es un gran santo, un gran amante de la juventud. También amaba mucho a China. Como admirador de Don Bosco, en mi trabajo pastoral siempre he sentido que nosotros, los eclesiásticos en general, no hacemos lo suficiente por los jóvenes. Ahora, como miembro de la Familia Salesiana, lo veo aún más claro. Por supuesto, hay muchas dificultades externas que nos impiden hacer más. Pero las dificultades no deben impedirnos hacer más. Miremos a los protestantes: se enfrentan a las mismas dificultades externas que nosotros, pero tienen mucho más éxito que nosotros en la pastoral juvenil. ¿Por qué?
¿Cómo comenzó su participación en medio de los Salesianos Cooperadores en Taipéi?
Hace unos 8 años, el inspector salesiano, escuchando mi relación de toda la vida con Don Bosco, me preguntó: “¿Desea recibir de nuestro Rector Mayor el Diploma de Salesiano Cooperador? Le respondí con un inmediato ¡Sí!”. Así que un día recibí este diploma del entonces Rector Mayor, P. Pascual Chávez. Desde entonces he sido feliz de participar en todos los grandes eventos de la Familia Salesiana.
¿Cuál podría ser la contribución de los sacerdotes Salesianos Cooperadores que pertenecen a la Familia Salesiana?
Creo que los sacerdotes diocesanos y los obispos miembros de la Familia Salesiana deberían ser invitados a todas las funciones de la Familia Salesiana. En Taiwán hay al menos un pastor diocesano y cuatro obispos miembros de la Familia Salesiana: además de mí persona, están: el Arzobispo de Kaohsiung, el Obispo de Tainan, y el Obispo emérito de Chiayi, nombrado hace unos días como nuevo Arzobispo de Taipei. Tal vez algunos sacerdotes y obispos digan que están demasiado ocupados. Pero creo que no es una razón válida para no participar en las reuniones, una vez que han aceptado formar parte de la Familia Salesiana.
¿Tienes algún sueño o esperanza sobre los Salesianos Cooperadores o la Familia Salesiana en Taiwán?
Mi esperanza es que la vida espiritual de los sacerdotes y religiosos en Taiwán se profundice. Por el momento, creo que es demasiado superficial. Entonces, me pregunto: ¿Por qué la Familia Salesiana de Taiwán no debería inyectar fuego y fervor en nuestra vida eclesial?