Milán - El milanés Tullio Della Logia, de 34 años, está experimentando un verdadero renacimiento: se introdujo un bastoncillo de algodón en la oreja que le devolvió la configuración original de la fábrica. Ahora Tullio tiene que aprender de nuevo las habilidades básicas como hablar, mirar y caminar.
Su esposa Giada Motto nos contó sobre el fatal accidente: "Realmente sólo quería limpiarse las orejas, lo hace todo el tiempo, aunque siempre le dije que el bastoncillo de algodón es para uso externo. De repente, Tullius se congeló durante unos 30 segundos, luego se escuchó el zumbido de reinicio y comenzó a balbucear palabras incomprensibles.
El extraño diagnóstico se realizó gracias a un equipo experto de médicos y psicólogos y a una llamada al servicio de atención al cliente de Telefónica.
"Parece que el paciente presionó el botón de reinicio hacia el final del canal auditivo. Este punto era desconocido para la ciencia, pero debió presionarlo durante unos diez segundos para reajustar todas sus capacidades motoras y cognitivas a los ajustes de fábrica -explica Pippo Pippirippò, el neurólogo que dirige el equipo-, por lo que ahora está fundamentalmente regresando de la etapa de recién nacido".
(El artículo está tomado del sitio satírico italiano Lercio que publica noticias humorísticas falsas, que a su vez lo había tomado del sitio alemán Der Postillon)
Hacer un “reset” en la vida como lo ha hecho accidentalmente el héroe de nuestra historia tal vez en nuestro caso podría ser el resultado de algunos actos concretos que cambien en ti mismo la visión de lo que haces y lo que eres. Pensando en esto busqué recomendaciones de algunos gurús de la psicología que señalan algunos pasos sencillos y simplemente radicales para lograrlo.
Primero, se recomienda ordenar tú entrono, observar tu cuarto, tú casa…y de inmediato comienza a tirar la basura, lo que te sobra, todas esas cosas que se han ido acumulando por años y que ya no necesitas: la ropa que ya no usas y todas aquellas baratijas se han acumulado en los rincones.
Segundo, eliminar los archivos que tienes acumulados en tu PC y que ya no sirven, que ya no aporta nada y solo están allí por costumbre; sobre todo borra la basura acumulada que causa molestia, te hace sufrir y te resta energía. Deja solo aquello que te ayuda para la vida.
Discrimina y asigna un cierto lugar en tu espacio vital a las cosas sean realmente significativas, que representen para ti experiencias dignas de ser atesoradas y convicciones profundas que te ayuden a vivir.
Filtra la información entrante, sobre todo esa información caótica que solo representa novedad pasajera, revisa la lista de tus amigos y ordénala, no es el número de “followers” el que cuenta, es la calidad lo que realmente cuenta.
Hacer un “reset” en nuestra vida no es un simple acto de voluntad que se hace cada cierto tiempo. Es necesario ir en profundidad con la ayuda de alguien que nos conozca y nos ayude a ver la basura que se ha ido acumulando en nuestro disco duro y que se trasformando en programaciones dañinas que vuelven lentas y pesadas nuestras capacidades.
No soy un Gurú de la psicología pero recomendaría a un católico que el mejor método no es un bastoncillo de algodón para balancear nuestra vida, sino ponerse en manos de Dios y hacer experiencia de su ternura por medio de un “reset” que generalmente lo llamamos una buena “confesión” que ayude a reiniciar la vida más ligeros de equipaje y con mayor energía para vivir en plenitud.