El inimaginable dolor experimentado por la familia de la niña sirve para recordar el inmenso sufrimiento de innumerables otras personas atrapadas en los conflictos armados. Se destaca el desesperado deseo de paz y tranquilidad, un derecho fundamental del que todas las naciones deberían disfrutar. Nuestros corazones sufren, especialmente, por los niños y jóvenes de Myanmar, Gaza, Ucrania, Siria, Sahara Occidental, Sudán del Sur y otros países que soportan el peso de aproximadamente ciento diez conflictos armados en curso en todo el mundo. El inimaginable miedo enfrentado por estos individuos impulsa a apoyar la paz en estas regiones atormentadas.
Que la sabiduría, la humanidad y la compasión puedan impregnar los corazones de aquellos que perpetúan estos conflictos, para que se den cuenta de que la guerra sólo exacerba el sufrimiento y disminuye la humanidad común. La historia ha enseñado innumerables lecciones, demostrando que ninguna tiranía puede durar indefinidamente y que la venganza genera más venganza. En solidaridad unificada, ofrecemos oraciones especialmente dedicadas al espíritu puro e inocente de esta joven y a todos los niños cuyas vidas han sido truncadas trágicamente, privadas de su inocencia, por las ambiciones egoístas de adultos centrados únicamente en sus propios intereses. Oramos fervientemente por un cambio transformador en aquellos que empuñan armas contra los indefensos, para que se den cuenta de la inutilidad de sus acciones y se comprometan activamente con la paz y una transformación genuina.
Las consecuencias devastadoras de la guerra requieren siglos para reconstruir lo que ha requerido siglos construir. La paz es el remedio definitivo, la única solución capaz de alimentar la esperanza, la unidad, la dignidad y el amor. Nuestra solidaridad se extiende a Juliet, a su familia afligida y a los innumerables otros niños que han perdido la vida. Estamos unidos en la oración por todos los niños que sufren los horrores de la guerra, todos los rincones del mundo. Que la paz pueda convertirse en una realidad tangible y abrazada por todos.