Lily, quince meses, está sentada en carros de supermercado, sus ojos miran su IPad. La madre se ha concentrado sobre las compras. Lily no mira ni las manzanas rojas y brillantes o el estante donde se muestran los ‘Cheerios’, su cereal favorito.
Cada día, después de la escuela, Jason, un niño de tercer grado, se lanza frente a la TV, que permanecerá encendida durante cinco horas, hasta que todos se vayan a dormir.
Melissa, dieciséis años de edad, está en su tercer año de secundaria. El mes pasado envió 3.500 mensajes de texto (110 mensajes por día).
Por desgracia, no son situaciones inusuales. De hecho, se han convertido en la norma en un mundo que gira en torno a las pantallas. Para llamar la atención de un niño, usted tiene que competir con un teléfono inteligente. "¿Qué podemos hacer?" preguntan los padres. “Si les decimos que nos gustaría hacer algo juntos, peleamos y poco después vuelven a sus aparatos”.
Hoy en día, más que nunca en la historia, es necesario el sentido de Don Bosco por la Educación.
La educación es positiva. Los padres no solo son los guardianes de la mente y el alma de los hijos e hijas. Ellos son los que tienen que "llenar" el "vacío" de la humanidad y espiritualidad se forma dentro de ellos. Para dar uno debe poseer porque nadie guía a otro donde nunca ha estado. La lista de las cualidades esenciales que los padres y educadores a lo Don Bosco deben ofrecer a sus hijos es casi infinito: agradecimiento y gratitud, bondad, dulzura, el sentido de pertenencia, el orden y la limpieza, el amor al estudio, la responsabilidad, el autocontrol, el tener metas a alcanzar, la alegría, la espiritualidad y la fe.