Durante el Año Santo de la Misericordia, la formación comunitaria en el noviciado salesiano ha decidido abrir una nueva forma de apostolado para los principiantes a través del ministerio pastoral en una prisión local. Desde entonces, durante todo el año, todos los sábados por la tarde, un grupo de novicios, acompañados por el Maestro, P. Adolfo Sarmento, y con el apoyo de los Cooperadores Salesianos y miembros de la Iglesia local, ofrecen amistad y compañía a los detenidos. La mayoría de los detenidos tiene entre 18 y 29 años, y los novicios ofrecen formación y algunos talleres como: música, cuestiones de higiene bucal y la prevención del SIDA, aprendizaje de inglés, así como momentos de oración y acompañamiento espiritual.

La situación observada en la cárcel no es muy diferente de la presentada por Don Bosco en las Memorias. Gracias a la cooperación lograda con la administración del centro de detención, de manera frecuente puede replicar lo que se considera uno de los mayores éxitos educativos del Santo de los jóvenes: llevar a los presos de la cárcel. En este caso, no se puede prescindir de la escolta de la Policía; pero dado que el distrito es pequeño los guardias de seguridad y los prisioneros se conocen muy bien y reina la familiaridad.

Adecuadamente preparados y acompañados por la policía, los prisioneros pueden pasar un día de formación y de oración en las estructuras del noviciado; muchos de ellos no son cristianos, pero tienen un inmenso respeto por las expresiones de fe católica y participan con entusiasmo. Y con un poco de deporte, una celebración y una buena comida con fruta fresca, se les ayuda a alimentar su cuerpo y el espíritu; para volver a encender las chispas de la esperanza y la gratitud en los corazones de estos jóvenes.

"Es muy bueno saber que, a pesar de mi pasado, hay personas que se preocupan por mí y me ofrecen una nueva forma de pensar en el futuro", compartió Alejandro durante su visita al noviciado Salesiano durante la Navidad.

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