En particular, más de seiscientos jóvenes de la obra Don Bosco Children and Life Mission (Don Bosco CALM) se han beneficiado de comidas nutritivas, así como casi setecientos estudiantes de la escuela Don Bosco de Bombo y trescientos ochenta estudiantes de las escuelas profesionales salesianas de Bombo y Kamuli.
En Uganda, al igual que en el resto de África Oriental, los precios de los productos alimenticios han aumentado, lo que ha impactado también en los programas de alimentación de las escuelas salesianas. Estos desafíos económicos son el resultado de los cambios climáticos que han afectado al sector agrícola, duplicando el costo de alimentos básicos como el maíz, el arroz y los frijoles.
Como observó un salesiano de Uganda: “Se hace difícil acceder a los productos alimenticios básicos como antes, dado que el precio de los alimentos sigue subiendo. El despliegue de las fuerzas armadas en las ciudades, debido a las próximas elecciones, hace que la gente dude de lo que ocurrirá en el futuro, y asusta a algunos agricultores al punto de no participar en los mercados locales, porque no tienen garantía de que sus esfuerzos no serán arrasados por la violencia”.
Esta donación, por tanto, ayuda a gestionar la crisis que ha afectado a las escuelas, permitiendo proporcionar alimentos a los estudiantes. Como consecuencia de una mejor nutrición, los jóvenes han podido continuar con sus actividades académicas.
Entre los beneficiarios se encuentra Kalema Ronald, de catorce años, quien cursa el séptimo grado en la escuela Don Bosco. Vive con su madre, quien trabaja como vendedora en el mercado, y llegó a Don Bosco CALM después de que su madre solicitara apoyo para su educación. “Antes de las comidas de Rise Against Hunger, mis amigos y yo teníamos dificultades para seguir una dieta equilibrada porque solo comíamos posho y frijoles en el almuerzo y la cena”, explicó Kalema.
Los salesianos informan que las comidas han ayudado a los estudiantes a recuperar la energía, la confianza y la fuerza necesarias para concentrarse en los estudios y sobresalir en la escuela. Kalema, por ejemplo, quiere entrar en el mundo de los negocios una vez que termine la escuela. “Agradezco a los benefactores y a los proveedores de las comidas de Rise Against Hunger por su apoyo a los niños necesitados”, expresó.
Don Bosco CALM rescata, rehabilita y reintegra en la sociedad a los niños que viven en la calle. Además de satisfacer sus necesidades básicas, los salesianos brindan educación, actividades socioculturales y recreativas para ayudar a los jóvenes a tener un futuro prometedor. Los salesianos trabajan con los niños sin hogar, así como con aquellos que han quedado huérfanos, han sido maltratados o descuidados. También brindan apoyo a otros jóvenes y niños vulnerables, incluidos los que son portadores del VIH/SIDA. Todos los niños asisten a la escuela, algunos en la escuela primaria Don Bosco, otros en las escuelas secundarias salesianas y en los institutos de formación profesional.