Rodolfo Dávila es uno de los estudiantes de la Escuela Técnica Agronómica Salesiana (EAS). Hoy cuenta con su propio negocio. “La escuela representó una gran oportunidad para mí. Aprendí muchas cosas para enfrentarme a la vida, para salir al campo a producir. El resto hay que vivirlo”, explica.
Carlos salió para ir a la Universidad y Éibar recuerda que “todos los alumnos compartían experiencias y cultura, sin distinción de raza ni económica. Al salir de la escuela estábamos preparados para trabajar en el campo técnicamente”. Éibar, hoy, es docente y administra su propia finca.
La escuela este año ha dado un salto más, gracias al proyecto financiado por Misiones Salesianas, y que ha permitido que la EAS haya reactivado su actividad productiva de leche y otros productos agrícolas. “Este proyecto garantiza la sostenibilidad de la EAS en Barinas, reactiva el sector productivo y a la vez fortalece las capacidades técnicas de jóvenes en situación de vulnerabilidad de las zonas rurales», explica Rafael Garrido, responsable de proyectos en Latinoamérica de la organización.
Además, este proyecto ha permitido que “alumnado, docentes, personal de la EAS y la comunidad hayan podido tener alimentos saludables y nutritivos”, añade Garrido. Una apuesta muy importante, ya que en Venezuela, según diferentes informes nacionales, hay desabastecimiento en el 60% de los productos de la “cesta básica de la compra” y más del 50% de la población vive en situación de pobreza.
Con los beneficios, también, se mejoraron las infraestructuras, se compraron semillas, ganado… y se fortalecieron las actividades educativas y docentes.
Los misioneros salesianos llevan más de 80 años de presencia educativa en Barinas y han sido miles de jóvenes los que han tenido la oportunidad de formarse y recibir educación de calidad. Venezuela, en la actualidad, sufre también una grave crisis educativa. “La educación es crítica. Los profesores no van a las aulas y muchas escuelas sólo abre dos o tres días a la semana”, explican los misioneros salesianos. En la EAS los docentes reciben alimentación y transporte.
Durante tres años los alumnos y alumnas de la escuela no sólo reciben educación. En la EAS encuentran un lugar en el que vivir y recibir el apoyo que necesitan. “Se respira un ambiente de confianza y de gran respeto entre los muchachos. Son jóvenes sencillos, que aman la naturaleza y el trabajo”, aseguran los Salesianos.
Fuente: Misiones Salesianas
