La donación ha sido posible gracias a una larga colaboración entre Salesian Missions en New Rochelle, EEUU, y Rise Against Hunger, una organización humanitaria internacional que proporciona alimentos y ayuda vital a los más vulnerables del mundo. El cargamento fue recibido por la Fundación Rinaldi, gestionada por los Salesianos, y posteriormente distribuido a la parroquia de la Immaculata y a las escuelas Cité Soleil de Puerto Príncipe.
La parroquia Immaculata está situada en una zona gobernada por bandas armadas, lo que limita la capacidad de desplazamiento de los salesianos. El padre Victor Auguste, ecónomo de la Fundación Rinaldi, explica: "El mayor reto durante este tiempo ha sido la inseguridad en el país, causada por la actividad de las bandas. Gran parte de Haití ha estado cerrada, lo que dificulta que la gente se desplace con seguridad. Los padres no podían llevar a sus hijos a la escuela ni participar en otras actividades. Esta vez, sin embargo, también pudimos distribuir alimentos a las ancianas de la comunidad que los necesitaban".
Olguine Almonord, una de las beneficiarias, es una madre que lucha por alimentarse a sí misma y a sus hijos. Para ella, recibir las comidas de Rise Against Hunger ha sido crucial. "A menudo no comíamos en todo un día", dice, "ahora toda mi familia puede comer. Estos alimentos contienen muchas vitaminas, que ayudan a mis hijos a crecer".
Las comidas de arroz también se han compartido con las escuelas. En Haití, muchos niños no tienen acceso a comidas escolares, un hecho que claramente tiene un impacto negativo en su educación y rendimiento académico. La comunidad salesiana se esfuerza por proporcionar a los alumnos comidas diarias variadas y equilibradas.
Carius Dumé, Director de la Fundación Rinaldi, ha declarado: "La alimentación escolar también representa una importante oportunidad para algunos padres que aún se encuentran en situaciones precarias. Para muchos, garantizar una dieta sana, equilibrada y regular a sus hijos es una lucha diaria. En el país, dos de cada tres alumnos rara vez comen en casa por la mañana antes de ir a la escuela. Sin embargo -continúa-, gracias a las comidas calientes que se distribuyen a los niños, los índices de asistencia a la escuela primaria y al centro de formación profesional también han mejorado. Las comidas tienen un efecto positivo en sus deberes y generan una mejora general en nuestras escuelas", concluyó.
Los Salesianos empezaron a trabajar en Haití en 1935, en respuesta a la petición del gobierno haitiano de establecer una escuela de formación profesional. Desde entonces, han ampliado su labor hasta incluir once centros educativos principales y más de doscientas escuelas en todo el país.
Los programas salesianos están presentes en todo Haití, incluidas las ciudades de Puerto Príncipe, Fort-Liberté, Cap-Haïtien, Les Cayes y Gressier. Hoy en día, los misioneros salesianos en Haití representan la mayor fuente de educación fuera del gobierno haitiano, con escuelas que proporcionan educación a 25.500 estudiantes de primaria y secundaria.