“Salesian Missions”, con sede en New Rochelle (EE.UU.), y la organización humanitaria “Rise Against Hunger”, comprometida con el suministro de alimentos y la ayuda para cambiar la vida de las personas más vulnerables del mundo, han garantizado el acceso de los estudiantes a una alimentación adecuada.
Uno de los beneficiarios del programa alimentario, Denis Niyonsabaa, cuenta cómo sus padres lo enviaron a la escuela "por la buena reputación de la que goza, en parte gracias a las comidas proporcionadas por 'Rise Against Hunger', y en parte por la calidad de la educación".
Por su parte, el Padre Elie Nyandwi, Ecónomo del Instituto, afirma que 'Rise Against Hunger' ha ayudado mucho a la escuela ahorrando dinero y resolviendo algunos problemas. A continuación, destaca los retos a los que se enfrenta el país, que "está situado en la región de los Grandes Lagos, una zona social, económica y políticamente inestable. Tenemos muchos huérfanos y otros jóvenes vulnerables que necesitan mucho apoyo", afirmó.
Además de proporcionar comidas a los alumnos, los salesianos han puesto en marcha un proyecto agrícola en las seis hectáreas de terreno de la escuela, donde se ha plantado maíz, judías y hortalizas. En su informe del 6 de marzo, los Salesianos afirman que los alumnos pueden comer algunas de las verduras cultivadas en la nueva granja, gracias a esta iniciativa agrícola.
Los Salesianos también relataron cómo las expediciones organizadas en colaboración entre “Salesian Missions” y 'Rise Against Hunger' han llegado con éxito a muchos países del mundo, proporcionando alimentos a estudiantes de varias naciones. "Las comidas y la ayuda vital han contribuido a alimentar a jóvenes pobres en escuelas y programas salesianos y a atender a quienes necesitan ayuda de emergencia en tiempos de guerra, desastres naturales y crisis sanitarias", afirman.
Según UNICEF, los niños de Burundi se encuentran entre los más afectados por la pobreza rampante del país. El 53% de los niños menores de cinco años sufren retraso en el crecimiento causado por una alimentación insuficiente, dietas de baja calidad, nutrición inadecuada, mala gestión de las enfermedades infantiles por parte de las familias y el deterioro general del sistema sanitario.