La elección artística de la película tiene toda la historia biográfica narrada por un anciano Don Bosco, que vuelve a su infancia en sus pensamientos. Repasa todas las acciones llevadas a cabo para realizar su sueño más grande: dedicarse por completo a los jóvenes. La película cuenta cómo Don Bosco, con la ayuda de Don Borel y otros sacerdotes, comienza a poner los primeros ladrillos de lo que más tarde será la comunidad salesiana, recibiendo en el oratorio a todos los jóvenes de Turín. A pesar de sus buenas intenciones, fue frustrado varias veces por los políticos de la época y por los sublevados, pero siempre logró salirse con la suya. Acude luego al Papa Pío IX y años más tarde al Papa León XIII para buscar apoyo para su comunidad, que mientras tanto ha crecido enormemente y tiene muchos seguidores. Al final Don Bosco agradece con una oración a la Virgen, considerada la fuente de su obra de caridad, y luego entrega su alma a Dios.
Para la realización de la película se eligieron personajes de primer orden: la dirección se le encargó a Leandro Castellani, ya consagrado director, guionista, autor y ganador de numerosos premios en su carrera; mientras que todo el 'cast' brilla con luz propia, con elementos de diferentes nacionalidades y procedencias: desde la estrella británica también de la música Patsy Kensit, pasando por una gran intérprete teatral como la italiana Piera Degli Esposti, hasta el famoso actor de cine francés Philippe Leroy.
Pero sobre todo, como se mencionó, destacó el ítalo-estadounidense Ben Gazzara: actor de escuela estricta, atento, preparado, profesional casi obsesivo. Durante los descansos “no quería dispersar su concentración, repasaba o mejor dicho replanteaba su escena", reveló hace unos años el director Castellani, con motivo de la muerte del actor.
“Alto, imponente, más de lo que aparecía en el cine y en la televisión… había despertado cierto asombro (…). Pero tenía razón, porque Ben, alejado de los roles habituales de 'villano', del malo, supo desatar una dulzura viril creíble para ese personaje insólito".
Según Castellani, a Ben Gazzara "le había gustado mucho ese papel también por un sentimiento de gratitud hacia el oratorio salesiano que, en su Nueva York, lo había acogido como un niño de la calle, hijo de emigrantes sicilianos pobres, enseñándole a vivir y como actuar. Creo que dio lo mejor de sí en ese personaje tan cierto, no el Don Bosco de las imágenes de piedad popular sino el Don Bosco defensor de los niños y jóvenes, contra los 'poderes fuertes', diríamos hoy". Y esta valoración de Castellani la compartía nada menos que el Papa de la época: "Incluso Juan Pablo II me dijo que lo apreciaba mucho: 'Me gustaba ese Don Bosco tan enérgico', subrayando la frase con un gesto de su las manos".
Aunque ciertamente se trata de una obra coral, seguramente fue en gran parte gracias a la interpretación de Gazzara que la película no fuera sólo una imagen biográfica del Santo. De hecho, el actor ítalo-estadounidense sacó a relucir toda su estatura humana y religiosa, tanto que afirmó, por su parte: “Un santo es alguien que se compromete toda su vida luchando por un propósito. Sin darse aires de santidad, yo no quise representar 'un santo de estampitas', sino a un hombre".
Señalamos a los lectores de ANS la versión en italiano.
