A través de la educación y los programas de desarrollo social, los salesianos de todo el mundo trabajan para garantizar que los jóvenes conozcan sus derechos, puedan participar plenamente en sus comunidades y hacer oír su voz.
"Los salesianos brindan una educación en Derechos Humanos que ofrece a los jóvenes vulnerables la percepción de su dignidad personal y autoestima", dijo en la ocasión el padre Gus Baek, Jefe de "Salesian Missions", la Procura Misionera Salesiana de New Rochelle. “En las escuelas salesianas -continúa- los niños reciben educación, aprenden sus derechos y libertades y participan en deportes y otras actividades, todo en un ambiente seguro que favorece el aprendizaje y el crecimiento”.
Para celebrar el Día Mundial de los Derechos Humanos, "Salesian Missions" ha decidido destacar los programas salesianos que ayudan a los jóvenes pobres a recibir una educación, a descubrir y ver sus derechos respetados y a encontrar una salida a la pobreza.
En Benín, por ejemplo, el "Foyer Don Bosco" de Kandi recibe a niños maltratados o abandonados, dando atención médica y apoyo alimentario. Atiende también a niños que provienen de situaciones particularmente graves, como abusos y matrimonios forzados. Con la colaboración de UNICEF, el centro ha puesto en marcha una casa de tránsito para recibir a jóvenes rescatados del mercado negro, guiándolos a otros hogares o ayudándoles a encontrar a sus familias.
En India, cabe destacar la labor del “Hogar de Niños Ekalavya”, que puede albergar hasta 50 niños, brindando hogar y educación a menores en situación de riesgo, en situación de calle o que huyen de familias disfuncionales. La obra se encuentra detrás de la estación de tren de Rajahmundry, donde a menudo hay muchos menores que piden limosna para sobrevivir. Además de atender sus necesidades básicas e incluirlos en programas educativos, el hogar los ayuda a comprender sus emociones y a relacionarse mejor con sus pares y adultos; para ello ofrece un encuentro semanal donde pueden hablar sobre los problemas que les preocupan.
En Nigeria, el Centro de Formación Profesional "Don Bosco" de Koko, en el estado de Kebbi, ofrece oportunidades de desarrollo humano y social a niños y niñas extremadamente necesitados: de hecho, entre sus alumnos hay quienes se han visto directamente afectados por los ataques de bandas criminales armadas, niñas que estaban a punto de ser forzadas a contraer matrimonio, menores huérfanos o de escasos recursos, así como jóvenes que no habían recibido previamente ninguna educación formal.
Estos estudiantes, incluso cuando hayan terminado su formación, no se quedarán solos: el centro, de hecho, cuenta con una oficina de colocación laboral que les ayudará a tomar buenas decisiones profesionales.
Por último, en Sri Lanka, concretamente en Uswetakeiyawa, se encuentra el centro “Bosco Sevana”, una obra social dedicada a la recuperación de jóvenes pobres y necesitados. Construido y puesto en marcha hace más de 25 años, en 1996, como un centro de rehabilitación para menores abusados sexualmente, logró contrarrestar eficazmente la tasa de abuso de menores del distrito. Luego se convirtió en un hogar de albergue para niños donde los más pobres, marginados y vulnerables, como los niños de la calle o los huérfanos, son hospedados y guiados para convertirse en ciudadanos responsables.
La casa persigue un objetivo múltiple: garantizar a los menores una alimentación sana y una atención sanitaria válida; asegurarse de que puedan asistir a alguna escuela pública cercana; permitirles participar en las clases vespertinas de refuerzo educativo -que también benefician a los niños de la zona-; y en general, darles la posibilidad de seguir creciendo en un entorno familiar protegido, disfrutando de momentos de deporte y juego como todos los niños del mundo.
