Casi 150 invitados se sentaron para una comida preparada y servida por el equipo de profesionales de L’Epuisette y por los alumnos de la escuela de hostelería salesiana. Una mención especial merecen los cinco exalumnos, que han vuelto especialmente para apoyar a los jóvenes de Marsella: el sumiller jefe del Epuisette, Yann Durieux, pero también sus colaboradores en el mismo refinado restaurante, Adrien Lombardo, Damien Cau, Nicolás Cantareil y Fabien Augusto.
Durante la velada se recordó el propósito del evento y el fuerte vínculo de la Fundación Salesiana Pastré con la ciudad de Marsella. Esta relación surge del encuentro entre Don Bosco y una familia de ricos armadores marselleses, los Pastré. En 1883, Madame Mathilde Pastré donó la Villa Pastré a Don Bosco en reconocimiento a la recuperación milagrosa de su sobrina Marguerite. Hoy, los miembros de la familia Pastré continúan participando en la administración de la fundación, incluido Henri, quien estuvo a cargo de recibir a los invitados la noche del lunes 17 de octubre.
Gracias a la velada de gala, se beneficiarán los jóvenes de los barrios en riesgo de Marsella, acompañados por la rama local de la Asociación "Le Valdocco", a través del apoyo de cuatro campos de trabajo educativos para jóvenes de 11 a 18 años.
Fundada en 1995, pocos meses después de violentos disturbios urbanos en los suburbios de esa época, a partir de la reunión de un grupo de habitantes y salesianos en el barrio Dalle de Argenteuil, la asociación cuenta con 9 estructuras distribuidas en 6 ciudades, entre Lille en el norte y Niza, en el sur. Cada año unos 2.000 jóvenes son acompañados en toda Francia y entre estos se encuentran los de los distritos de Frais Vallon y La Rose, en Marsella. Sus nombres son Hicham, Louis, Dina, Delia, Adama... tienen entre 11 y 18 años, algunos recién llegados a Francia tras traumáticas experiencias migratorias, otros nacidos allí, pero de padres que muchas veces no hablan francés. Y la mayoría vive en barrios cada vez más aislados cultural y socialmente.
Además, con los fondos de la velada de gala también se apoyarán las iniciativas de la Familia Salesiana a favor de los refugiados ucranianos hospedados en los países de Europa del Este, con un importe equivalente al coste de la instalación de un centro de recepción para 50 personas en el centro salesiano de Różanystok, en el norte de Polonia.
