“El deporte educa tanto dentro como fuera del campo -explica el padre Gus Baek, Responsable de “Salesians Missions”-. Aprender y practicar un deporte especialmente en equipo fomenta las habilidades de liderazgo y enseña a los jóvenes a trabajar en grupo. Además, con el deporte, los alumnos aprenden importantes habilidades sociales y reciben oportunidades para crecer y madurar”.
Consciente de ello, por ejemplo, el centro salesiano “Don Bosco Anbu Illam” ubicado en Chennai, Estado de Tamil Nadu, India, colabora en una interesante iniciativa de promoción del deporte: pone a disposición un vehículo bien equipado donado por la “Fundación HCL” para transportar a los jugadores de varios centros comunitarios y escuelas gubernamentales a los entrenamientos y competencias que se realizan en el sur de India. El propósito de este proyecto es alentar y motivar a las personas pobres y marginadas a participar en actividades deportivas.
Por otro lado en África, en Senegal, más de 300 jóvenes, de 5 a 17 años, practican deporte y aprenden valores gracias a las dos escuelas sociodeportivas que la Fundación Real Madrid ha realizado en ese país gracias a la colaboración con “Misiones Salesianas", la Procura Misionera Salesiana de Madrid. Los programas se realizan en las escuelas salesianas de Thies y Tambacounda y la mayoría de los participantes en el proyecto provienen de los centros salesianos locales. El acuerdo entre la Fundación Real Madrid y los Salesianos de Senegal comenzó en 2010 y continua en colegios del Centroamérica y en Sudamérica. Hoy, la colaboración cuenta con 21 proyectos en 14 países atendiendo a unos 4.000 chicos cada temporada, utilizando el deporte y sus valores como herramienta para la mejora social de los jóvenes y de las comunidades.
Otra escuela sociodeportiva de la Fundación Real Madrid también está activa en el centro “Don Bosco Maputo”, en la capital de Mozambique. Durante tres días por la semana, los alumnos del Don Bosco Maputo participan en sesiones de entrenamiento y a través del fútbol y del baloncesto, más de 70 niños y adolescentes aprenden valores y mejoran su rendimiento académico. Walter, de 13 años, uno de los participantes de la escuela de fútbol, indica: “Aquí nos divertimos, aprendemos mucho y hacemos nuevas amistades. Cuando sea grande quiero ser maestro. Y sé que lo que estoy aprendiendo me ayudará a lograrlo”.
Finalmente, una nueva cancha de baloncesto ahora está disponible para los jóvenes del Campamento de Asentamiento de Refugiados de Palabek en Uganda. La idea de crear un espacio para que los jóvenes practiquen deporte nació en 2019, cuando un benefactor les regaló a los jóvenes una pelota de básquet, pero en ese momento no había dónde utilizarla. Desde ese día, los jóvenes han deseado ver un campo construido para poder jugar y conectarse con sus compañeros, y ahora por fin lo tienen. De modo que ese campo representa hoy un espacio de socialización, recreación, alegría y educación en un contexto de gran dificultad y sufrimiento.