“La empatía y el 'creer en las personas' estuvieron muy presentes en esta escuela salesiana -explica Kim-. Se daba atención al desarrollo completo del niño. La escuela trató de sacar a relucir los talentos de los estudiantes y se podía perfeccionar lo que a cada uno más le interesaba. Lo percibí claramente”.
"Todavía recuerdo cuando era el eslabón débil del equipo de voleibol en la escuela, o al menos me sentía así. Y sin embargo al final me convertí en uno de los corredores más fuertes de la Nacional de Carreras de Relevos. Entretanto, sentía siempre mucha empatía con las personas cuando cometían un error o no estaban en su mejor forma. Nunca las señalé con el dedo, porque entendí cómo se sentían esas personas. Bueno, esta empatía y esta humildad son cosas que he adquirido aquí”, declaró durante su visita al instituto Haacht.
La ex alumna y atleta, Campeona de Europa en los 100 y 200 metros planos en Gotemburgo 2006 y Medalla de Oro en el Relevo 4x100 en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, continúa: “También aprecié los momentos de reflexión. En el sexto año tuvimos un fin de semana de retiro en silencio con las hermanas. Luego tuvimos que guardar silencio e ir a misa con ellas a las cuatro de la mañana: momentos como este amplían tus horizontes. Esas personas eligen una vida así y lo entiendo bien. Y como mamá pienso que es importante compensar toda la miseria que ven los niños. A través de la fe, les das algo a que aferrarse. Luego, elegirán qué hacer, tal vez nada, pero tal vez necesiten algo para agarrarse para aprender a reflexionar o encontrar la serenidad. Estoy criando a mis hijos como católicos, pero con una visión amplia del mundo. '¿Qué es la fe?' '¿Qué tiene que ver conmigo?'. Esta visión más amplia de la fe y del mundo es nuestro punto de partida”.
Desde hace algún tiempo, Kim también se ha dedicado a los jóvenes desfavorecidos del Congo. “Mi esposo y yo queríamos hacer algo por los niños de su Congo natal -dice ella-. Somos conscientes de que crecimos en familias acogedoras y con muchas oportunidades. A medida que uno envejece, se da cuenta cada vez más de la suerte que ha tenido. Para muchos niños, este no es el caso. Por eso quise devolver algo a la sociedad dedicándome a los jóvenes del Congo”.
Este es un resumen del artículo que apareció en "Revista Don Bosco", la revista de la Familia Salesiana de la Provincia de Bélgica del Norte (BEN).