Programas de sensibilización sobre la enfermedad para evitar los contagios, distribución de alimentos y de kits de higiene, producción de mascarillas, reparto de agua, acogida a los menores en situación de calle, visitas a los enfermos, acompañamiento espiritual online… son alguna de las actividades que hemos llevado a cabo en el último año con el objetivo de salvar vidas, especialmente de los más desfavorecidos.
Con más de 2,8 millones de fallecidos debido al coronavirus, la vida ha cambiado a todos y durante mucho tiempo ha encerrado a las personas en casa para evitar los contagios. ¿Pero qué pasó con los que no tenían casa o vivían hacinados?, ¿con los migrantes y menores en situación de calle?, ¿con los que sobreviven con lo que ganan cada día con su trabajo? Las consecuencias de la pandemia y del confinamiento les afectaron de manera especial y los misioneros salesianos trataron de llegar a todas esas situaciones y ayudar a los afectados.
Más de 110 millones de niños en el mundo aún no han regresado a las aulas y al menos 24 millones de ellos no volverán a pisar nunca una escuela. Además, cuando la pandemia termine, más de 150 millones de personas se sumarán a los 1.300 que ya viven bajo el umbral de pobreza y que pasan hambre.
El coronavirus ha ampliado las desigualdades y ha puesto de manifiesto que la salud está relacionada con las oportunidades y el lugar en el que se nace. Por eso hoy, con la conmemoración del Día Mundial de la Salud, se recuerda la importancia de construir un mundo más justo, saludable y sostenible para todos, así como se destaca el valor de todas las personas de la sanidad que han trabajado hasta la extenuación y en condiciones muchas veces precarias. En esta fecha los salesianos reiteran el compromiso de seguir trabajando por el derecho universal de acceso a la salud.
Los salesianos están desde hace más de un año al lado de las personas particularmente vulnerables, intentando paliar las situaciones injustas, sensibilizando, ayudando y tratando de mejorar sus condiciones de vida. Por ejemplo, más de 2,5 millones de personas en India han podido comer gracias a los kits de alimentación y raciones preparadas que se han distribuido. En Sudáfrica se han repartido más de 3.000 raciones diarias de alimentos en la calle; y los gimnasios de varios centros educativos salesianos en América se han convertido en estos meses en almacenes de alimentos que se han entregado a miles de familias vulnerables.
En Myanmar 500 familias han comido gracias a los repartos de alimentos que han realizado las comunidades salesianas. Los menores en situación de calle, como en Etiopía o en Sierra Leona, han sido recogidos para que pasaran el confinamiento en lugares seguros, sin olvidar Togo o Costa de Marfil, donde los hijos espirituales de Don Bosco han trabajado para apoyar a los niños y niñas en riesgo de exclusión.
En Filipinas los misioneros salesianos y jóvenes de los centros educativos de la Congregación repartieron equipos de protección personal a los trabajadores en primera línea. Asimismo, consiguieron diseñar respiradores para los pacientes graves. En Perú las personas que viven en las descargas fueron visitadas y en Guatemala han sido construidas viviendas para los más necesitados…
Son sólo algunos ejemplos de todos los proyectos desarrollados en 121 países a lo largo del último año, en el que los salesianos han ayudado y acompañado a más de 11 millones de personas, entre ellas, a migrantes y refugiados, a familias vulnerables y personas ancianas, discapacitadas o enfermas…
Fuente: Misiones Salesianas